La cocina tradicional toscana se elabora con ingredientes sencillos y genuinos, como pan, aceite de oliva virgen extra, legumbres y verduras de temporada.
Precisamente por eso es fácil encontrar un menú completamente vegetariano en restaurantes y trattorias de la región. Veamos una selección de platos típicos toscanos sin carne y algunas recetas que puedes probar en casa.
Las sopas figuran entre los platos más representativos de la cocina toscana, y muchas de ellas llevan pan duro, símbolo de una tradición que no desperdicia nada.
La ribollita es la reina del invierno: sopa sustanciosa preparada con pan, verduras de temporada y col negra, ingrediente de la huerta toscana siempre presente.
Con el verano, también se puede disfrutar de la pappa al pomodoro, plato sencillo pero sabroso elaborado con una combinación de pan, tomates maduros y aceite de oliva virgen extra.
De origen etrusco y típica de la Maremma, la acquacotta es una receta campesina que combina ingredientes pobres como agua, cebollas, tomates, apio, zanahorias, pan y queso pecorino (de oveja) rallado, enriquecida con un huevo y un chorrito de aceite.
Por último, la panzanella es la reina de las mesas de verano: ensalada fresca y colorida con pan, tomates, cebolla roja y albahaca, aliñada con aceite, vinagre y sal. Su nombre procede probablemente de pan y zanella, palabra antigua que designaba el cuenco en el que se servía.
El tortello o raviolo es una de las piedras angulares de la cocina toscana: pasta fresca estirada a mano y rellena de ingredientes sencillos y genuinos.
En Mugello son famosos los tortelli di patate, con relleno blando y delicado, mientras que en Maremma prevalece la versión con ricotta (requesón) y espinacas, más ligera pero igual de sabrosa.
El condimento vegetariano típico es mantequilla y salvia, que realza los sabores del relleno con su delicada fragancia y un toque casero.
Los pici son una de las pastas tradicionales sienesas más auténticas: parecidos a los espaguetis, pero más gruesos y estirados a mano, se elaboran simplemente con harina y agua, sin huevo.
En Siena se sirven con tres condimentos, símbolo de la cocina pobre: salsa de tomate y ajo "aglione", migas de pan tostadas en aceite de oliva virgen extra y cacio e pepe (queso caciocavallo y pimienta).
Platos sencillos y genuinos con todo el sabor de la tradición rural.
La torta di ceci (garbanzos) o cecina es una especialidad sencilla e irresistible: focaccia dorada de medio centímetro de alto, hecha sólo con harina de garbanzos, agua, sal y aceite de oliva virgen extra.
Crujiente por fuera y blanda por dentro, es un símbolo de la cocina popular toscana y cambia de nombre según el lugar: cecina en Versilia y Pisa, torta di ceci en Livorno, calda calda en Carrara, farinata en Liguria.
La espelta, cereal muy antiguo que ya utilizaban los romanos para sus legiones, es hoy uno de los ingredientes emblemáticos de la Garfagnana (Lucca), donde se cultiva desde hace siglos.
Estrella de sopas y ensaladas, es perfecta para quienes buscan un plato sano y saludable lleno de sabores auténticos de la montaña toscana.
La pasta al pomodoro (pasta con tomate) es un clásico de la cocina italiana: sencilla, aromática y atemporal, contiene la esencia del verano gracias a los tomates maduros, el ajo y la albahaca fresca.
El sugo finto, por su parte, es una salsa de tradición campesina que recuerda al ragú, pero no lleva carne.
Preparado con tomate, cebolla, apio, zanahorias salteadas y vino tinto, era una forma ingeniosa de plato sabroso en tiempos de pobreza.
Y otoño es el tiempo para unas deliciosas tagliatelle ai porcini: pasta con boletus edulis, ajo y mentuccia romana.