Toscana es un destino de ensueño para muchos viajeros, pero como suele ocurrir con los lugares codiciados y con aspiraciones, suele ser caro y no apto para todos los bolsillos.
Pero con un poco de atención a dónde ir y, sobre todo, cómo organizar el viaje, podrás disfrutar de las atracciones más visitadas sin gastarte un ojo de la cara.
Museos, parques arqueológicos, lugares de cultura: todos los primeros domingos del mes puedes entrar gratis en todas las estructuras estatales y disfrutar de inmortales obras maestras del arte y de la arquitectura.
Desde Florencia hasta Siena, pasando por Pisa y Arezzo, las propuestas no faltan.
Una forma segura de ahorrar dinero en la entrada a las distintas atracciones son los pases oficiales de Toscana, una estupenda solución combinada para visitar los principales museos de las ciudades de arte más populares.
Firenze card permite visitar más de 60 museos y atracciones turísticas de Florencia: incluye las entradas, el coste de la reserva y, en su caso, los recargos por exposiciones temporales.
Siena OPA SI Pass es un billete acumulativo que permite la entrada a todo el complejo del Duomo de Siena, la catedral.
Prato Musei Card permite visitar el Centro per l'arte contemporanea Pecci, el Museo del Tessuto, el Museo di Palazzo Pretorio y Musei Diocesani a un precio muy ventajoso.
Por último, los pases acumulables para el Complesso di Santa Maria del Fiore permiten visitar todas las maravillas de la plaza, ofreciendo varias posibilidades.
Seguramente, durante una permanencia en Toscana, no faltarán ocasiones para sentarse en un buen restaurante y degustar manjares de la cocina tradicional, por lo que, a la hora de comer, puedes optar por una solución más rápida y, al mismo tiempo, más barata: ¡la comida callejera!
Callos, lampredotto, schiacciate rellenas con porchetta, una porción de pizza o cecina, ¡realmente hay para todos los gustos! Y para quienes no desean renunciar a un momento sabroso, un buen helado artesanal es la forma adecuada de terminar una pausa de almuerzo sencilla y sabrosa.
Aunque mucha gente sólo tiene la oportunidad de viajar durante las vacaciones de verano o Navidad, organizarse con tiempo es sin duda la mejor manera de poder partir en otras fechas y, en consecuencia, ahorrar mucho dinero.
Toscana en temporada baja ofrece muchas ventajas: menos turistas en los centros históricos, ausencia de colas para entrar en los museos más populares y numerosos eventos culturales y gastronómicos para conocer los mil matices de la región.
Entre octubre y noviembre, no hay que perderse, por ejemplo, los eventos relacionados con las trufas -como Volterragusto o la Muestra Mercado de la Trufa Blanca de San Miniato - o las castañas.
Para los apasionados a los fiestas medievales y las competiciones, el Desafío de las Fogatas de Pontremoli y el Palio de Buti son los acontecimientos adecuados para ver en enero.
Aunque cuando se viaja es agradable dejarse sorprender por los momentos y los lugares, para poder organizar un viaje de bajo coste la palabra clave es planificación.
Desde el transporte y el alojamiento hasta los restaurantes y los museos, un plan preciso hasta el último detalle te permitirá ahorrar tiempo y, sobre todo, dinero.
Y, por último, recuerda que en cualquier momento del año y en el lugar donde decidas ir, lo que realmente cuenta para viajar serenamente es dejarse inspirar por los lugares y dejar fluir las emociones que nos regalan.