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Itinerarios
6 días descubriendo los Apeninos Toscanos-Emilianos

Hacia la Alta Vía de los Parques

 

Desde la alta Lunigiana, inmersa en un verdadero ambiente de montaña, se puede sobrevolar los Apeninos toscanos-emilianos como la golondrina de Anacreonte: nuestra "ruta migratoria" desde el Paso de Cisa sigue la dirección de la cresta - indicada por la señal de itinerario 00 de la Grande Excursión de los Apeninos - hasta San Pellegrino in Alpe, a las puertas de Garfagnana.

A lo largo de las 6 etapas, el excursionista disfruta de un espectáculo único de naturaleza, arte e historia, custodiado y valorizado por el Parque Nacional de los Apeninos Toscanos-Emilianos. 

1.
PRIMER DÍA
Desde el Paso Cisa hasta el Refugio Mariotti

El itinerario por los Apeninos comienza en el Paso de Cisa que, atravesado por la Vía Francígena, ofrecía en la Edad Media un recorrido seguro, protegido de las incursiones bizantinas que mantenían el control de las costas de Liguria, Toscana y de los pasos de los Apeninos orientales. Hoy, desde el histórico paso, siguiendo la señal de itinerario 00 a lo largo de la cresta ondulada y panorámica, se pasa por el Groppo del Vescovo y el Paso de Cirone, donde inician las duras areniscas de la cresta. Se procede a través de amplias praderas hasta que se gana altura rápidamente para llegar a la Montaña Orsaro (1830 m), que ofrece panoramas espectaculares de la subyacente Lunigiana. Bosques de hayedos, prados de altura y rocas se suceden hasta que el camino de cresta llega a espléndidos espejos de agua de origen glaciar: Lago Padre y el Lago Santo, donde se encuentran truchas y truchas árticas.

El itinerario por los Apeninos comienza en el Paso de Cisa que, atravesado por la Vía Francígena, ofrecía en la Edad Media un recorrido seguro, protegido de las incursiones bizantinas que mantenían el control de las costas de Liguria, Toscana y de los pasos de los Apeninos orientales. Hoy, desde el histórico paso, siguiendo la señal de itinerario 00 a lo largo de la cresta ondulada y panorámica, se pasa por el Groppo del Vescovo y el Paso de Cirone, donde inician las duras areniscas de la cresta. Se procede a través de amplias praderas hasta que se gana altura rápidamente para llegar a la Montaña Orsaro (1830 m), que ofrece panoramas espectaculares de la subyacente Lunigiana. Bosques de hayedos, prados de altura y rocas se suceden hasta que el camino de cresta llega a espléndidos espejos de agua de origen glaciar: Lago Padre y el Lago Santo, donde se encuentran truchas y truchas árticas.

2.
SEGUNDO DÍA
Las cresta de los lagos

En las rillas del mayor embalse natural del norte de los Apeninos, se encuentra el histórico Refugio Mariotti. Dejando atrás el Lago Santo, una sucesión de crestas rocosas, losas lisas y espectaculares floraciones que caracterizan un área de gran valor naturalístico y paisajístico. La Montaña Marmagna presenta una vertiente toscana áspera y rípida, en cambio, aquella de Parma es más armoniosa y menos inclinada. Costeando el boscoso Valle de la Reserva Estatal de Guadine Pradaccio, se pueden ver Capanne de Badignana, un antiguo pasto alpino estío que ahora se utiliza como vivac, los Lagos del cielo (que reflejan el cielo) emergen justo debajo: el Lago Bicchiere, Lagoni, situado en el bosque de hayas al pie del Fuerte Pumacciolo, y el Lago Scuro, donde se encuentra un laboratorio utilizado por la Universidad de Parma para monitorear los frágiles ecosistemas de la pequeña cuenca rodeada de pastos pantanosos, entre los que se encuentran especies muy raras. Los altibajos acompañan al excursionista en la Montaña Sillara (1859 m) y los lagos cercanos homónimos. En el Paso del Giovarello se empieza a descender por el lado Emiliano, pasando por el pequeño Lago Martini, luego un empinado valle pedregoso conduce a Bivacco Cagnin, y se pierde altura en el bosque, pasando por el Lago Verde y el embalse de Ballano. Desde aquí se llega a Prato Spilla paseando cómodamente por el hayedo.

En las rillas del mayor embalse natural del norte de los Apeninos, se encuentra el histórico Refugio Mariotti. Dejando atrás el Lago Santo, una sucesión de crestas rocosas, losas lisas y espectaculares floraciones que caracterizan un área de gran valor naturalístico y paisajístico. La Montaña Marmagna presenta una vertiente toscana áspera y rípida, en cambio, aquella de Parma es más armoniosa y menos inclinada. Costeando el boscoso Valle de la Reserva Estatal de Guadine Pradaccio, se pueden ver Capanne de Badignana, un antiguo pasto alpino estío que ahora se utiliza como vivac, los Lagos del cielo (que reflejan el cielo) emergen justo debajo: el Lago Bicchiere, Lagoni, situado en el bosque de hayas al pie del Fuerte Pumacciolo, y el Lago Scuro, donde se encuentra un laboratorio utilizado por la Universidad de Parma para monitorear los frágiles ecosistemas de la pequeña cuenca rodeada de pastos pantanosos, entre los que se encuentran especies muy raras. Los altibajos acompañan al excursionista en la Montaña Sillara (1859 m) y los lagos cercanos homónimos. En el Paso del Giovarello se empieza a descender por el lado Emiliano, pasando por el pequeño Lago Martini, luego un empinado valle pedregoso conduce a Bivacco Cagnin, y se pierde altura en el bosque, pasando por el Lago Verde y el embalse de Ballano. Desde aquí se llega a Prato Spilla paseando cómodamente por el hayedo.

3.
TERCER DÍA
Lagos del cielo

Cerca de Prato Spilla, donde se encuentran las instalaciones de telesillas de la estación de esquí, los espejos de agua permanecen una constante en la cresta: el Lago Verdarolo, donde se refleja el follaje de los hayedos, el modesto Lago Oscuro y el soleado Lago Squincio, caracterizado por pastos pantanosos. Llegamos al Paso Lagastrello, un antiguo cruce de caminos de gran importancia incluso en época longobarda, donde se encontraba el Hospital de los Linari, del siglo X, administrado por la Orden de los Caballeros de Altopascio.

Hasta el antiguo Paso de Lagastrello, cuando aún no existía la cuenca artificial, Paduli llegaba el "Senderos de los Ducados", una vía histórica que en el siglo XIX volvía a subir por el Valle Enza. Pasando el Lago de la Montaña Acuto, cerca del Refugio Ciudad de Sarzana (1580 m), sigue los relieves que se extienden hacia la cresta, con algunos de los picos más altos de los Apeninos septentrionales, a través de praderas con numerosos manantiales (las Heladeras) encerradas en la cresta de la dentada Groppi di Camporaghena. El enorme Alpe di Succiso acompaña al excursionista al estrecho entallado del Passo di Pietra Tagliata (1753 m), donde un breve sendero conduce a los manantiales del río Secchia con una amplia extensión de prados del Prataccio, en cuyo centro una piedra limitaba las tres parcelas donde podían pastar los rebaños de los pastores de Cerreto, Succiso y Camporàghena.

Continuando se llega al Paso Ospedalaccio, señalado por un mojón conmemorativo que recuerda los límites de la República Cisalpina y donde se encontraba un antiguo hospital medieval. El ambiente es ahora más relajante, los bosques y prados acompañan dulcemente al excursionista al Paso del Cerreto, a los lagos (Gore, Scuro, Pranda y Cerreto) y a la cercana estación de esquí. La siguiente etapa es el anfiteatro salvaje de la Montaña La Nuda, con numerosas rocas y torres.

Cerca de Prato Spilla, donde se encuentran las instalaciones de telesillas de la estación de esquí, los espejos de agua permanecen una constante en la cresta: el Lago Verdarolo, donde se refleja el follaje de los hayedos, el modesto Lago Oscuro y el soleado Lago Squincio, caracterizado por pastos pantanosos. Llegamos al Paso Lagastrello, un antiguo cruce de caminos de gran importancia incluso en época longobarda, donde se encontraba el Hospital de los Linari, del siglo X, administrado por la Orden de los Caballeros de Altopascio.

Hasta el antiguo Paso de Lagastrello, cuando aún no existía la cuenca artificial, Paduli llegaba el "Senderos de los Ducados", una vía histórica que en el siglo XIX volvía a subir por el Valle Enza. Pasando el Lago de la Montaña Acuto, cerca del Refugio Ciudad de Sarzana (1580 m), sigue los relieves que se extienden hacia la cresta, con algunos de los picos más altos de los Apeninos septentrionales, a través de praderas con numerosos manantiales (las Heladeras) encerradas en la cresta de la dentada Groppi di Camporaghena. El enorme Alpe di Succiso acompaña al excursionista al estrecho entallado del Passo di Pietra Tagliata (1753 m), donde un breve sendero conduce a los manantiales del río Secchia con una amplia extensión de prados del Prataccio, en cuyo centro una piedra limitaba las tres parcelas donde podían pastar los rebaños de los pastores de Cerreto, Succiso y Camporàghena.

Continuando se llega al Paso Ospedalaccio, señalado por un mojón conmemorativo que recuerda los límites de la República Cisalpina y donde se encontraba un antiguo hospital medieval. El ambiente es ahora más relajante, los bosques y prados acompañan dulcemente al excursionista al Paso del Cerreto, a los lagos (Gore, Scuro, Pranda y Cerreto) y a la cercana estación de esquí. La siguiente etapa es el anfiteatro salvaje de la Montaña La Nuda, con numerosas rocas y torres.

4.
CUARTO DÍA
Desde el Paso del Cerreto hasta el Paso Pradarena

En las laderas de la Montaña La Nuda desemboca el agua del torrente Rosaro, que después de haber excavado las areniscas, se extiende a lo largo del valle aluvial que desciende hasta Sassalbo, en la parte oriental de Lunigiana . Desde la carretera hacia Cerreto Laghi, se sube en dirección a la Montaña La Nuda y luego se atraviesa un ambiente grandioso y alpino, pero con un nombre poco entusiasmado: Valle del Infierno. Pedregales y bloques morrénicos acompañan al excursionista hasta el pequeño Vivac Rosario (manantial); los más afortunados tendrán el placer de ver las simpáticas marmotas. Volviendo a subir por el circo glacial se llega a la cresta con una vista de Garfagnana y el perfil dentado de los Alpes Apuanos, ahora cerca. Después de pasar Borra Grande, el sendero se suaviza y pierde altura entre mirtilos y rododendros esparcidos, raros en los Apeninos, hasta el Paso Belfiore. La etapa sucesiva, caracterizada por los hayedos, es el cercano Paso Cavorsella, unida por una vía forestal al Paso Pradarena, el más alto transitable de los Apeninos del norte. A lo largo de la Grande Excursión de los Apeninos (GEA), el paisaje es maravilloso, desde los Alpes Apuanos hasta la Montaña Caio, pasando por la Montaña Giovo y Cimone.

En las laderas de la Montaña La Nuda desemboca el agua del torrente Rosaro, que después de haber excavado las areniscas, se extiende a lo largo del valle aluvial que desciende hasta Sassalbo, en la parte oriental de Lunigiana . Desde la carretera hacia Cerreto Laghi, se sube en dirección a la Montaña La Nuda y luego se atraviesa un ambiente grandioso y alpino, pero con un nombre poco entusiasmado: Valle del Infierno. Pedregales y bloques morrénicos acompañan al excursionista hasta el pequeño Vivac Rosario (manantial); los más afortunados tendrán el placer de ver las simpáticas marmotas. Volviendo a subir por el circo glacial se llega a la cresta con una vista de Garfagnana y el perfil dentado de los Alpes Apuanos, ahora cerca. Después de pasar Borra Grande, el sendero se suaviza y pierde altura entre mirtilos y rododendros esparcidos, raros en los Apeninos, hasta el Paso Belfiore. La etapa sucesiva, caracterizada por los hayedos, es el cercano Paso Cavorsella, unida por una vía forestal al Paso Pradarena, el más alto transitable de los Apeninos del norte. A lo largo de la Grande Excursión de los Apeninos (GEA), el paisaje es maravilloso, desde los Alpes Apuanos hasta la Montaña Caio, pasando por la Montaña Giovo y Cimone.

5.
QUINTO DÍA
Desde el Paso de Pradarena hasta Lama Lite

Aquí los Apeninos se sienten y la altitud se vuelve importante. Desde el Paso Pradarena nos dirigimos hacia el Paso Comunella, las laderas de la Montaña Sillano y la cima de la Montaña Soraggio. La pequeña Iglesia San Bartolomeo anuncia el Paso Romecchio, sigue Focerella y se continúa por la cresta hasta la meseta de la Montaña Castellino (1952 m). Desde la cima de la Montaña Prado se pierde altura en la hermosa cuenca glacial que rodea el Lago Bargetana. Desde Lama Lite (1781 m) se llega rápidamente al Rifugio Battisti (1751 m).

Aquí los Apeninos se sienten y la altitud se vuelve importante. Desde el Paso Pradarena nos dirigimos hacia el Paso Comunella, las laderas de la Montaña Sillano y la cima de la Montaña Soraggio. La pequeña Iglesia San Bartolomeo anuncia el Paso Romecchio, sigue Focerella y se continúa por la cresta hasta la meseta de la Montaña Castellino (1952 m). Desde la cima de la Montaña Prado se pierde altura en la hermosa cuenca glacial que rodea el Lago Bargetana. Desde Lama Lite (1781 m) se llega rápidamente al Rifugio Battisti (1751 m).

6.
SEXTO DÍA
Desde Lama Lite hasta San Pellegrino in Alpe

Desde el amplio collado de Lama Lite se vuelve a caminar hacia la cresta que muestra el alto Valle Dolo cubierto por los bosques de Abetina Reale. En este Sitio de Interés Comunitario se encuentran coníferas autóctonas, en particular los abetos blancos, "reliquias" de épocas en las que el clima era mucho más rígido que en la actualidad. La esperanza es un encuentro fugaz con los ciervos o corzos que han vuelto a vagar por los bosques de los Apeninos, abriendo el camino al regreso de sus depredadores naturales como el lobo y el águila real.

Después de superar el paso Bocca di Massa (1816 m), cerca de la Montaña Vecchio, se pasan por alto los senderos 64 y 58 (variantes) que conducen a Pania di Corfino y al Jardín Botánico, para luego descender hasta el Paso Forbici, donde se encuentra la antigua carretera transformada para el tránsito de camiones en el posguerra por parte de S.I.R. (Sociedad Italiana de Reforestación) une Casone di Profecchia con el aserradero de Abetina Reale.

En el Paso Giovarello, se deja la cresta para bajar a través de un camino de herradura asfaltado hasta la cuenca pantanosa de Maccherie. Al final de la larga caminata, se sigue el recorrido de la antigua Vía Bibulca hasta el Paso Radici. Una transformación de los tráficos y la comunicación entre Garfagnana y la vertiente de Reggio, desde el Paso Radici se puede llegar a la calle ducal Vandelli, que a mediados del 1800 representó un gran desafío técnico para su tiempo.

La intrépida calle, ahora restaurada en las partes más inaccesibles, representa una meta fascinante para los amantes del senderismo. La etapa termina en el antiguo hospicio San Pellegrino in Alpe, donde se encuentran los restos mortales de San Pellegrino y San Bianco que han custodiado durante siglos por la suerte de este puesto de avanzada que en la Edad Media ha sido un "Hospital" frecuentado por los peregrinos en tránsito. Espléndida vista de los Alpes Apuanos y de Garfagnana.

Desde el amplio collado de Lama Lite se vuelve a caminar hacia la cresta que muestra el alto Valle Dolo cubierto por los bosques de Abetina Reale. En este Sitio de Interés Comunitario se encuentran coníferas autóctonas, en particular los abetos blancos, "reliquias" de épocas en las que el clima era mucho más rígido que en la actualidad. La esperanza es un encuentro fugaz con los ciervos o corzos que han vuelto a vagar por los bosques de los Apeninos, abriendo el camino al regreso de sus depredadores naturales como el lobo y el águila real.

Después de superar el paso Bocca di Massa (1816 m), cerca de la Montaña Vecchio, se pasan por alto los senderos 64 y 58 (variantes) que conducen a Pania di Corfino y al Jardín Botánico, para luego descender hasta el Paso Forbici, donde se encuentra la antigua carretera transformada para el tránsito de camiones en el posguerra por parte de S.I.R. (Sociedad Italiana de Reforestación) une Casone di Profecchia con el aserradero de Abetina Reale.

En el Paso Giovarello, se deja la cresta para bajar a través de un camino de herradura asfaltado hasta la cuenca pantanosa de Maccherie. Al final de la larga caminata, se sigue el recorrido de la antigua Vía Bibulca hasta el Paso Radici. Una transformación de los tráficos y la comunicación entre Garfagnana y la vertiente de Reggio, desde el Paso Radici se puede llegar a la calle ducal Vandelli, que a mediados del 1800 representó un gran desafío técnico para su tiempo.

La intrépida calle, ahora restaurada en las partes más inaccesibles, representa una meta fascinante para los amantes del senderismo. La etapa termina en el antiguo hospicio San Pellegrino in Alpe, donde se encuentran los restos mortales de San Pellegrino y San Bianco que han custodiado durante siglos por la suerte de este puesto de avanzada que en la Edad Media ha sido un "Hospital" frecuentado por los peregrinos en tránsito. Espléndida vista de los Alpes Apuanos y de Garfagnana.

Para mayor información, consulte la página web:  parcoappennino.it

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