¿Puedes oler el jengibre y la canela en el aire? ¿Puedes resistir a esta excitación infantil y a esta repentina pasión por las lucecitas?
Entramos oficialmente en las dos semanas del año que convierten a Toscana en un reluciente paquete de regalo con tradiciones que abrazar, acontecimientos que compartir, lugares que visitar. Con unas cuantas calorías de más y, con suerte, ¡una nevada!
¿Abrimos este regalo?
Protagonistas indudables: los mercadillos navideños, que con sus productos artesanales y exquisiteces transforman las plazas más bellas y los centros históricos de los pequeños pueblos. El corazón de un programa que incluye pistas de hielo, norias, espectáculos infantiles, árboles de Navidad y belenes vivientes.
Si le apetece acompañar el vin brulè (vino caliente) con algo mucho más ardiente, dirígete a la Garfagnana o al Monte Amiata el 24 de diciembre. En el pueblo de Gorfigliano, municipio de Minucciano, se encienden altas hogueras, construidas con ramas de enebro, al son de las campanas. Esa misma noche, la antigua tradición de las hogueras ilumina el pueblo de Abbadia San Salvatore.
Si amanece un día lluvioso durante tus vacaciones, recuerda que el museo MAEC de Cortona acoge la muestra Los Etruscos en Holanda.
Y si del cielo caen copos de nieve, las estaciones de esquí de Toscana te están esperando.
Por último, para esas calorías extra que te hemos prometido: desde los entrantes hasta el postre, un menú toscano auténtico lleno de recetas.
¡Con los mejores deseos!