Pistoia está fuertemente vinculada al culto de San Jacobo (también conocido como Santiago el Mayor), una antigua tradición que se refleja en el patrimonio material e inmaterial de la ciudad.
Siempre que el 25 de julio, día dedicado al santo, es de domingo, se celebra el Año Jacobeo, un acontecimiento religioso y espiritual rico en celebraciones que lo convierten en una oportunidad única para descubrir esta fascinante localidad toscana.
La ciudad está vinculada al culto del Apóstol Santiago el Mayor desde el 1145, año en el cual el Obispo Atón hizo traer desde Santiago de Compostela, un fragmento del cráneo del santo. La reliquia está custodiada en la Capilla del Juicio de la Catedral de San Zeno, en un espléndido relicario de oro y plata, realizado en el año 1407 por Lorenzo Ghiberti.
En la misma capilla se encuentra otra obra de arte de orfebrería: el Altar Argénteo. Realizado a lo largo de dos siglos, a partir del núcleo original del altar, una tabla de plata del 1287 que representa a los Doce Apóstoles es el resultado del trabajo de los numerosos artistas orfebres que se turnaron en la creación de los paneles.
En el Siglo XV, también un jóven Filippo Brunelleschi, que trabajaba en el taller de Lunardo di Mazzeo y Piero di Giovanni da Pistoia, contribuyó en la realización de la obra esculpiendo, según la tradición, los bustos de los profetas Jeremías e Isaías, San Agustín y San Juan Evangelista.
La cultura, heredera de una larga tradición que vio en Pistoia un cruce de caminos de peregrinos, entre Roma y Santiago, se ha mantenido viva a lo largo de los siglos, y así lo atestiguan los lugares de culto y las tradiciones de Pistoia, especialmente aquellas vinculadas a las fiestas jacobeas, como la Vestidura de San Jacobo, durante la cual la estatua del santo, colocada en el tejado de la Catedral de San Zeno, se "viste" con un manto rojo bendito.
El acto precede a las ceremonias religiosas del 25 de julio, la Procesión Histórica y la Santísima Misa, y la Justa del Oso, un palio ecuestre documentado ya en la primera mitad del Siglo XIII.
En la Edad Media, muchos peregrinos, de camino a Santiago de Compostela o Roma, se detenían en Pistoia, aprovechando la ocasión para rendir homenaje a la reliquia del Apóstol. En virtud de este profundo y difundido culto, Pistoia recibió el nombre de Santiago Menor (la Pequeña Santiago).
Otra afinidad con la ciudad gallega es la concha de nueve rayos, emblema de peregrinación e hilo conductor de numerosos monumentos del centro histórico de Pistoia. Además, la concha es un símbolo del Camino de San Jacobo, un nuevo itinerario que une Florencia y Livorno.
Y desde el 2019, el único hito italiano del Camino de Santiago, que indica la distancia desde la ciudad española, se encuentra en la Plaza de la Catedral.
