
Entre finales de verano y principios de otoño, un sonido antiguo y potente resuena en los bosques de los Apeninos de Pistoia: el bramido del ciervo macho. Es el reclamo para atraer la atención de las hembras y demostrar fuerza dentro de la manada, la banda sonora de la época de celo.
A primera hora de la mañana o al atardecer, el silencio que reina en los densos bosques se ve interrumpido por los reclamos de los ejemplares más fuertes: escucharlos es una experiencia realmente emocionante, cada vez más común entre excursionistas y aficionados a la naturaleza.
Sin embargo, para escuchar el bramido del ciervo con seguridad y respetando plenamente la fauna y el medioambiente, es imprescindible ir acompañado de guías experimentados que conozcan bien el territorio, el comportamiento de los animales y los métodos de aproximación correctos. También es esencial permanecer en los senderos señalizados, evitar la luz artificial y hacer el menor ruido posible para no perturbar el equilibrio natural del bosque.
He aquí los mejores lugares para vivir esta aventura en las montañas de Pistoia.
El bosque de Acquerino-Cantagallo es una zona protegida surcada por numerosos senderos, ideal para excursiones guiadas que conducen, con respeto absoluto de la fauna, a claros donde se puede oír el bramido de los ciervos.
De Pracchia a San Marcello Piestoiese, un santuario de bosques centenarios y silencios profundos, que entre septiembre y octubre se transforman en un escenario natural animado por las llamadas amorosas del ciervo.
En el corazón del municipio de San Marcello Piteglio, esta reserva natural afiliada a WWF ofrece sugestivas excursiones nocturnas para escuchar el bramido, acompañados de guías expertos e inmersos en la quietud del bosque.
En Marliana hay lugares fascinantes y menos transitados, perfectos para quienes buscan el contacto auténtico con la naturaleza y desean vivir la emoción de ver encontrarse cerca del "rey del bosque".