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Reliquias de San Caprasio conservadas en el museo
Photo © Sigeric - Servizi per il Turismo
Photo © Sigeric - Servizi per il Turismo

Museo de San Caprasio

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Museos

Descubre la historia de una de las etapas más importantes de la Vía Francígena en Lunigiana

El museo, ubicado en el Complejo de la Abadía de San Caprasio en Aulla , recibe a visitantes y peregrinos con un característico maniquí que reconstruye el atuendo y los objetos típicos del peregrino medieval, mientras que una columna del Siglo XIV de piedra local se alza sobre los restos de un horno para campanas del Siglo XII.

Aquí, los visitantes encuentran pequeños recuerdos y guías del itinerario del complejo, y luego continúan su visita accediendo al claustro-jardín y a las demás salas de exposición.

La historia de la Abadía de San Caprasio, comenzó en el año 884 d.C., cuando Adalberto I, Marqués de Toscana, optó por fundar una iglesia y un monasterio, confiados a los monjes de San Benedetto, en la confluencia del río Magra y el torrente Aulella, lugar estratégico y cruce de las antiguas vías de comunicación del norte con el sistema viario de los Apeninos.

Fue aquí donde Sigerico, Arzobispo de Canterbury y "padre" de la Vía Francígena, se detuvo entre 990 y 994 d.C. en su viaje de regreso de Roma. Inicialmente dedicada a Santa Maria, en 1077 la Abadía se dedicó a San Caprasio después de que Adalberto II trajera sus reliquias de Francia, que aún hoy se conservan en el interior del altar mayor de la Iglesia.

Quién era San Caprasio

Alabado por su grande fama de santidad, fue el  principal líder espiritual de la comunidad monástica más antigua e importante de las islas francesas de Lérins, frente a la Costa Azul. Tras renunciar a grandes perspectivas mundanas, se había retirado como ermitaño junto con dos jóvenes seguidores. 

La experiencia que quizá más caracterizó su vida fue el viaje a Oriente, realizado junto a sus dos jóvenes discípulos, que les obligó a llevar una vida dura, de sacrificio y sin muchas comodidades. De vuelta a Lérins, optaron por imitar la vida austera de los padres del desierto y, pronto, muchos seguidores se les unieron para seguir los mismos ideales, dando lugar a una grande comunidad. Aunque Caprasio nunca llegó a ser oficialmente superior de la comunidad monástica, se le considera el fundador y primer abad de Lérins.

El museo y los nuevos hallazgos

Sala de exposiciones del Museo de San Caprasio
Sala de exposiciones del Museo de San Caprasio - Credit: Museo di San Caprasio

A pesar de los daños sufridos por los bombardeos aliados de 1943-45, los recientes trabajos de restauración han permitido reconstruir y releer las huellas de esta fascinante historia milenaria.

De hecho, en los últimos años, las excavaciones arqueológicas realizadas en el interior de la iglesia han descubierto los restos de los antiguos ábsides de las iglesias de los Siglos VII, VIII y IX, así como valiosos hallazgos arqueológicos y la tumba monumental del santo, que data del Sglo X, un rarísimo relicario de estuco, protegido por losas de mármol y coronado por un tejado de toba.

La Iglesia, la Sala Capitular, la Sala de las Esculturas de Oberto Ferlendi y el Claustro, antaño centro de la vida monástica, pueden visitarse con detenimiento para comprender la historia milenaria de la Abadía.

Además, en la Sala Capitular y en las otras salas de la antigua Abadía se puede apreciar una sugestiva exposición que conserva e ilustra los hallazgos de las recientes excavaciones arqueológicas de 2003: monedas, cerámicas, capiteles y piedras talladas, el valioso portal, el horno para campanas del Siglo X y el maravilloso "Evangelio de piedra" con sus fantásticos dragones alados de Oberto Ferlendi.