El territorio de Marliana está situado en la confluencia de Valdinievole con la Montaña de Pistoia, y se extiende desde los valles de los ríos Vincio y Nievole hasta los Apeninos Toscano-Emilianos. En gran parte cubierto por densos castañares, las colinas de Marliana se abren a menudo en suaves pendientes plantadas de viñas y olivos.
Es fascinante descubrir el pueblo de Marliana y sus antiguas tradiciones rurales (en este sentido recomendamos visitar el Museo de la Cultura Campesina) llegando desde la sinuosa carretera que sube desde Serravalle Pistoiese, trepándose por las laderas boscosas. Después de pasar el pueblo medieval, se puede llegar a la localidad Goraiolo que -construida en los últimos años en la intersección de los pueblos de la parte alta de Pescia, por un lado, y de los Apeninos, por el otro- debe su reciente desarrollo turístico a su favorable posición.
Los amantes de la música estarán particularmente interesados por los órganos antiguos que hay en numerosas iglesias de Marliana. En la mayoría de los casos son instrumentos fabricados por las dos familias de organeros de Pistoia, Agati y Tronci, conocidos en todo el mundo por su característica producción.
Otros pequeños pueblos por descubrir en el área de Pistoia son Panicagliora y Serra Pistoia, donde se llega gracias a una carretera panorámica que ofrece una vista del castillo rodeado de las cumbres de los Apeninos.
En las cercanías, con una breve excursión, se puede llegar a las ruinas de un importante asentamiento medieval, la Parroquia de Furfalo. No muy lejos, también vale la pena visitar el antiguo pueblo fortificado Casore del Monte, que está situado en un paisaje de características típicamente alpinas, entre amplias praderas y vegetación de montaña. Bajando el valle de Vincio, encontrarás también los pueblos Momigno y Montagnana.
En el Municipio de Marliana tiene lugar cada año el Cantar Maggio, que en realidad afecta a toda la Montaña de Pistoia. Retomando las tradiciones campesinas del pasado, este evento reúne a los lugareños para que interpreten canciones y bailes; también hay momentos dedicados a la comida.
En cambio, en la aldea de Momigno, en julio, se celebra Medioevalia, un festival de artistas callejeros con artesanos, acróbatas, tragafuegos y actores teatrales en varios rincones del pueblo.
Una de las grandes riquezas de estas tierras son los productos del bosque: castañas y setas, que el ingenio popular ha exaltado en la producción de refinadas exquisiteces, que se pueden degustar en las numerosas ferias gastronómicas y en los restaurantes de la zona.
