Los bosques de Amiata son una meta imperdible para los amantes del senderismo y los paseos por la naturaleza, con su amplia gama de paisajes relajantes, perfumes salvajes y aire fresco de montaña. En otoño, cuando se visten con tonalidades cálidas de rojo y amarillo, estos lugares se convierten en un magnífico escenario para admirar el follaje otoñal, una práctica ya establecida en países extranjeros con grandes bosques, como América del Norte.
Obviamente también los bosques toscanos ofrecen el espectáculo de las hojas que cambian de color y adquieren mil matices, y al caer crean una armoniosa alfombra que cubre la tierra.
La belleza de los bosques de la Montaña Amiata no tiene precio. Numerosos caminos de senderismo atraviesan los vastos castañares que alcanzan los 1000 metros de altura, para luego dar paso a los bosques de hayas que, sin importar el aire fresco, estiran sus troncos hacia el cielo, dejando una lluvia de hojas de colores: desde el amarillo brillante de las hojas que aún resisten en las ramas hasta la alfombra roja que cubre los senderos como en una fábula.
De gran interés histórico y natural son los castaños seculares y el bosque de hayas más grande de Europa, todos para ser explorados calzando botas de montaña y cámara. Contemplar el follaje otoñal en Amiata es como entrar en una pintura de acuarela, donde los colores se matizan unos con otros, se mezclan, juegan con las recíprocas gradaciones de color y crean un abrazo natural alrededor del espectador. Pero para los amantes de trail running también hay un modo más activo, el de disfrutar de los colores del bosque mientras se corre por los senderos.
Para disfrutar plenamente de la magia de estos lugares se puede alojar en refugios de montaña y hoteles rodeados de naturaleza, aprovechando la oportunidad de regenerarse en el aire embriagador, degustar platos típicos y participar en uno de los numerosas ferias y fiestas del otoño en Amiata. De hecho, los días en el bosque son ideales para visitar los pueblos y disfrutar de los sabores de la tierra, en primer lugar las setas y especialmente las castañas que, con su denominación IGP, son las protagonistas de los platos tradicionales y ferias dedicados a ellos.