
En el corazón del Valdarno Aretino, a caballo entre las provincias de Arezzo y Florencia, Castelfranco Piandiscò es un destino que hechiza por su perfecta armonía entre historia, espiritualidad y paisajes intemporales. Este municipio, nacido de la unión de los antiguos pueblos de Castelfranco di Sopra y Pian di Scò, surge en la panorámica Strada dei Setteponti, una carretera que combina arte, naturaleza y tradición.
Si estás buscando un rincón auténtico de Toscana, aquí tienes cinco buenas razones para visitar Castelfranco Piandiscò.
Castelfranco di Sopra es una joya de la arquitectura medieval y uno de los Pueblos más bellos de Italia según la clasificación de la ANCI. Fundado en 1296 como "terra nuova" (tierra nueva) por la República Florentina, conserva la estructura urbanística diseñada por Arnolfo di Cambio: planta cuadrangular con una plaza central y una red de calles ortogonales.
El símbolo del pueblo es la Torre d'Arnolfo, también conocida como Torre Campana, que marca la entrada al centro histórico. Paseando por sus calles empedradas, uno se encuentra con edificios históricos como el Palazzo Comunale y la Chiesa di San Filippo Neri, iglesia que alberga una espléndida obra de Matteo Rosselli: El Éxtasis de San Felipe Neri.
A pocos minutos del centro, inmersa en el silencio de la campiña toscana, se alza la Abbazia di San Salvatore a Soffena, fundada en el siglo XI y reconstruida posteriormente en el XIV. El interior de la iglesia, sencillo y solemne, alberga una sorprendente colección de frescos del siglo XV, entre los que hay obras atribuidas a Paolo Schiavo, al Maestro del Cassone Adimari y a Mariotto di Cristofano, cuñado de Masaccio.
El ambiente recatado y la armonía arquitectónica hacen de la abadía una parada imprescindible para quienes buscan una experiencia espiritual y artística al mismo tiempo.
Entre los paisajes más espectaculares de Toscana se encuentran sin duda las Balze del Valdarno, formaciones geológicas de arena y arcilla que crean pináculos y cañones modelados por milenios de erosión. Este paisaje lunar inspiró incluso a Leonardo da Vinci y ahora está reconocido como Patrimonio Geológico de la Humanidad por la UNESCO.
Una forma perfecta de explorarlo es recorrer el Sentiero dell’Acqua Zolfina (Sendero del Agua Sulfurosa), ruta de senderismo que atraviesa el área natural y ofrece vistas impresionantes, un silencio regenerador y una profunda conexión con la naturaleza.
Pian di Scò, que se halla en la Strada dei Setteponti, es un pueblo con alma medieval que creció en torno a la Parroquia de Santa Maria en Scò, una de las iglesias románicas más antiguas del Valdarno. Documentada ya en 1008, la actual parroquia, que data del siglo XII, es un extraordinario ejemplo de arquitectura sacra.
El interior de tres naves, los capiteles decorados con motivos zoomorfos y fitomorfos y las obras de arte atribuidas a Paolo Schiavo ofrecen una experiencia de rara intensidad cultural y espiritual.
El municipio de Castelfranco Piandiscò está constelado por pequeñas aldeas y paisajes rurales que conservan la más genuina identidad toscana. Lugares como Certignano, Pulicciano, Faella y Caspri narran historias de agricultura, sabiduría campesina y belleza natural.
En Caspri, por ejemplo, cada primavera los campos se tiñen de lila por la floración del iris, que se cultiva para la producción de perfumes. En los campos abundan los muros de piedra seca y los olivares, prueba de un profundo vínculo con la tierra y la tradición.
Visitare Castelfranco Piandiscò significa lasciarsi sorprendere da una Toscana lontana dal turismo di massa, ma ricca di arte, natura e autenticità. È il luogo perfetto per chi ama camminare nella storia, ammirare panorami senza tempo e scoprire borghi dove la vita scorre ancora secondo i ritmi naturali.