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Castellina in Chianti

Castellina in Chianti

Suaves colinas de Chianti entre las cuales puedes descubrir las antiguas huellas de los Etruscos

Castellina in Chianti, apoyada sobre una ladera de colinas, acoge con dulzura los panoramas de Chianti. Este pueblo desea mostrar al viajero una serie de edificios patricios originados por la reconstrucción de los antiguos cuarteles militares, realizados primero por los soldados de los Condes Guidi que desde Garfagnana, lugar de origen, llegaron hasta el corazón de Toscana tratando de controlarla por vía diplomática, y sucesivamente lo han intentado los florentinos.

El corazón del pueblo está constituido por el antiguo Fuerte proyectado en la segunda mitad del siglo XV por Giuliano da Sangallo. Caminando por la calle Ferruccio se puede respirar un poco de la antigua atmósfera de Castellina. Y al final de esta calle se encuentra la Iglesia San Salvatore reconstruida en estilo neorománico después de su destrucción durante la Segunda Guerra Mundial.

Qué ver en Castellina in Chianti y sus alrededores

Caminando por Via Ferruccio, es posible respirar algo del aura antigua de Castellina. Precisamente al final de esta calle se encuentra la chiesa di San Salvatore, iglesia reconstruida en estilo neorrománico tras su destrucción en la Segunda Guerra Mundial. El corazón de la localidad es la antigua Rocca, fortaleza erigida en la segunda mitad del siglo XV por Giuliano da Sangallo. La imponente torre, que sobresaliendo del recinto amurallado se eleva sobre la plaza principal, ofrece una sugerente vista del pueblo y las montañas del Chianti. Alberga el Museo Archeologico del Chianti, meta esencial para conocer el territorio a través de los testimonios de sus habitantes más antiguos.

Castellina in Chianti se extiende por una zona rica en bosques y fauna, así como de restos de la civilización etrusca: los numerosos objetos hallados en la zona atestiguan la presencia del hombre desde el siglo VII a.C., cuando esta zona era uno de los puntos de conexión entre los centros etruscos marítimos (Vulci, Vetulonia y Roselle) y los septentrionales, así como hacia los puertos adriáticos que unían la península con Oriente.

Entre los testimonios más importantes se encuentra el Túmulo de Montecalvario, a las afueras del pueblo. Formado por cuatro tumbas orientadas hacia los puntos cardinales, se conoce desde el siglo XVI, y a lo largo de los años ha sufrido el saqueo de casi todo el ajuar funerario. Sin embargo, en 1915 salieron a la luz unos adornos de hierro y bronce pertenecientes a una carroza de guerra, conservados actualmente en el Museo Arqueológico.

En la localidad de Fonterutoli hay una encantadora arboleda, donde se encuentra la necrópolis etrusca de Poggino, del siglo VI a.C. Compuesta por cinco tumbas, cuatro de cámara y una de tipo edículo; la necrópolis puede visitarse libremente.

También es de interés la Pieve di Sant'Agnese en Chianti –en la reserva natural del mismo nombre–, parroquia medieval reconstruida en gran parte tras los daños de la Segunda Guerra Mundial. Del edificio medieval solo queda la base de la formidable torre campanario (muy probablemente torre de defensa originalmente); alberga una obra de Bicci di Lorenzo que representa una Virgen con el Niño y santos.

Caminando por Via Ferruccio, es posible respirar algo del aura antigua de Castellina. Precisamente al final de esta calle se encuentra la chiesa di San Salvatore, iglesia reconstruida en estilo neorrománico tras su destrucción en la Segunda Guerra Mundial. El corazón de la localidad es la antigua Rocca, fortaleza erigida en la segunda mitad del siglo XV por Giuliano da Sangallo. La imponente torre, que sobresaliendo del recinto amurallado se eleva sobre la plaza principal, ofrece una sugerente vista del pueblo y las montañas del Chianti. Alberga el Museo Archeologico del Chianti, meta esencial para conocer el territorio a través de los testimonios de sus habitantes más antiguos.

Castellina in Chianti se extiende por una zona rica en bosques y fauna, así como de restos de la civilización etrusca: los numerosos objetos hallados en la zona atestiguan la presencia del hombre desde el siglo VII a.C., cuando esta zona era uno de los puntos de conexión entre los centros etruscos marítimos (Vulci, Vetulonia y Roselle) y los septentrionales, así como hacia los puertos adriáticos que unían la península con Oriente.

Entre los testimonios más importantes se encuentra el Túmulo de Montecalvario, a las afueras del pueblo. Formado por cuatro tumbas orientadas hacia los puntos cardinales, se conoce desde el siglo XVI, y a lo largo de los años ha sufrido el saqueo de casi todo el ajuar funerario. Sin embargo, en 1915 salieron a la luz unos adornos de hierro y bronce pertenecientes a una carroza de guerra, conservados actualmente en el Museo Arqueológico.

En la localidad de Fonterutoli hay una encantadora arboleda, donde se encuentra la necrópolis etrusca de Poggino, del siglo VI a.C. Compuesta por cinco tumbas, cuatro de cámara y una de tipo edículo; la necrópolis puede visitarse libremente.

También es de interés la Pieve di Sant'Agnese en Chianti –en la reserva natural del mismo nombre–, parroquia medieval reconstruida en gran parte tras los daños de la Segunda Guerra Mundial. Del edificio medieval solo queda la base de la formidable torre campanario (muy probablemente torre de defensa originalmente); alberga una obra de Bicci di Lorenzo que representa una Virgen con el Niño y santos.

En los alrededores

Castellina se encuentra en el paisaje de postal de Chianti, conocido en todo el mundo gracias a sus verdes colinas y su excelente vino. Recorriendo Chiantigiana, o bien, la carretera que va desde Florencia hasta Siena, se encuentran muchos agroturismos y granjas que invitan a detenerse y disfrutar del pamnorama en total relax. 

Uno de los pueblos más populares de la zona es Greve in Chianti con su característica plaza rodeada de pórticos.
A pocos kilómetros del corazón del pueblo se puede llegar a
Montefioralle, un castillo medieval con un encanto irresistible, ideal para un paseo romántico o para quienes aman perderse en los antiguos callejones.

Si en cambio deseas perderte en un mar de viñedos, puedes dirigirte hacia Radda en Chianti y visitar fortalezas y fortificaciones de otros tiempos.
Por último, te aconsejamos visitar el
Parque de Esculturas de Chianti: un área llena de creaciones e instalaciones artísticas que se mezclan bien con el paisaje circundante.

Castellina se encuentra en el paisaje de postal de Chianti, conocido en todo el mundo gracias a sus verdes colinas y su excelente vino. Recorriendo Chiantigiana, o bien, la carretera que va desde Florencia hasta Siena, se encuentran muchos agroturismos y granjas que invitan a detenerse y disfrutar del pamnorama en total relax. 

Uno de los pueblos más populares de la zona es Greve in Chianti con su característica plaza rodeada de pórticos.
A pocos kilómetros del corazón del pueblo se puede llegar a
Montefioralle, un castillo medieval con un encanto irresistible, ideal para un paseo romántico o para quienes aman perderse en los antiguos callejones.

Si en cambio deseas perderte en un mar de viñedos, puedes dirigirte hacia Radda en Chianti y visitar fortalezas y fortificaciones de otros tiempos.
Por último, te aconsejamos visitar el
Parque de Esculturas de Chianti: un área llena de creaciones e instalaciones artísticas que se mezclan bien con el paisaje circundante.

Eventos

Durante el verano en Castellina in Chianti, como en otras localidades en Toscana, tienen lugar las Copas bajo las Estrellas: alrededor del 10 de agosto, con ocasión de la Noche de San Lorenzo, las degustaciones de alimentos y vinos acompañan los momentos de observación del cielo; las calles de la ciudad acogen mercados, conciertos y eventos paralelos y el Museo Arqueológico de Chianti Senese recibe excepcionalmente al público por la noche.

En agosto también se festeja la Feria de la Sandía, un festival de orígenes campesinos que se realizaba en Castellina ya después de la guerra.

Durante el verano en Castellina in Chianti, como en otras localidades en Toscana, tienen lugar las Copas bajo las Estrellas: alrededor del 10 de agosto, con ocasión de la Noche de San Lorenzo, las degustaciones de alimentos y vinos acompañan los momentos de observación del cielo; las calles de la ciudad acogen mercados, conciertos y eventos paralelos y el Museo Arqueológico de Chianti Senese recibe excepcionalmente al público por la noche.

En agosto también se festeja la Feria de la Sandía, un festival de orígenes campesinos que se realizaba en Castellina ya después de la guerra.

Platos y productos típicos

El vino Chianti, ya sabes, es sinónimo de excelencia, tanto para el Chianti DOCG como para el Chianti Clásico DOCG. De hecho, incluso actualmente, si estás en Castellina no puedes dejar de visitar algunas de las numerosas tabernas o bodegas de la zona para degustar unos vinos. A menudo, estos manjares se acompañan con una buena bandeja con fiambres de Cinta Senese. En Chianti también se produce el sabroso aceite de oliva virgen extra Chianti Classico DOP, capaz de dar sabor a todos los platos tradicionales, como la ribollita o los callos.

El vino Chianti, ya sabes, es sinónimo de excelencia, tanto para el Chianti DOCG como para el Chianti Clásico DOCG. De hecho, incluso actualmente, si estás en Castellina no puedes dejar de visitar algunas de las numerosas tabernas o bodegas de la zona para degustar unos vinos. A menudo, estos manjares se acompañan con una buena bandeja con fiambres de Cinta Senese. En Chianti también se produce el sabroso aceite de oliva virgen extra Chianti Classico DOP, capaz de dar sabor a todos los platos tradicionales, como la ribollita o los callos.

En los alrededores

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Chianti

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Una tierra fascinante, con su importante cultura, naturaleza y productos típicos.
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