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Abadía de San Martino in Campo

church
Abadías, Monasterios y Conventos

Interesante edificio románico, lugar de paz y oración en Capraia e Limite

La Abadía de San Martino in Campo, en el municipio de Capraia e Limite, provincia de Florencia, pero perteneciente a la diócesis de Pistoia, se fundó en el siglo XI como monasterio benedictino y se remodeló casi por completo en el siglo XII tras un probable derrumbe. Originalmente la estructura pudo haber sido un hospital para peregrinos situado en una importante vía de comunicación medieval que conectaba el río Arno con la zona de Pistoia, también frecuentada por peregrinos en camino a Santiago de Compostela. El primer testimonio cierto es de 1057, cuando el obispo de Pistoia Martino fundó el "monasterium S. Martini situm Casa Nova". A lo largo de los siglos la iglesia sufrió varios cambios: inicialmente con tres naves, la izquierda fue eliminada en el siglo XV debido al hundimiento del terreno, lo que dio al interior un aspecto asimétrico que aún hoy es visible.

El edificio se encuentra en una posición panorámica en las colinas entre Artimino y Carmignano, zona de gran valor paisajístico e histórico, tierra de vinos DOCG y todavía se presta a ser un lugar de paz y reflexión, inmerso en la naturaleza. La abadía estuvo habitada por monjes benedictinos hasta 1464, cuando fue dañada, probablemente por el ejército de Lucca. En el siglo XVI el monasterio fue suprimido y sus bienes pasaron en encomienda a la familia Frescobaldi (aún hoy puede verse el escudo de armas de la familia en el portal de arenisca de la entrada, del siglo XIV), que mantuvo el patronazgo hasta el siglo XVII y transformó el edificio de monasterio en iglesia parroquial. En el siglo XIX, tras rectificarse los límites municipales, la abadía pasó a formar parte del territorio administrativo de Capraia e Limite, aunque siguió vinculada eclesiásticamente a Pistoia.

El edificio, restaurado en la década de 1950, perdió algunos añadidos barrocos para recuperar el trazado románico original, sacando a la luz una fase de construcción que se remonta probablemente al siglo X. En el exterior, aún son visibles los cimientos de la anterior torre campanario circular de estilo mixto lombardo y de Rávena, y los tres ábsides que recuerdan estructuras similares de la cercana iglesia de San Leonardo ad Artimino.

La abadía conserva un importante fresco del siglo XV que representa a la Virgen entronizada entre los santos Antonio Abad, Martín, Nicolás y Lucía, atribuido a un pintor toscano de la tradición gótica tardía.

Gracias a una reciente restauración, ahora es posible alojarse en la abadía, recuperando la tradición de hospitalidad con los peregrinos que caracterizó su origen. Hoy en día, el complejo es un valioso bien enclavado en un contexto paisajístico, espiritual y cultural único, testigo de un largo recorrido histórico desde la Alta Edad Media hasta nuestros días.

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