Montale se encuentra donde la provincia de Pistoia y aquella de Prato se juntan, en una tierra media entre las alturas de los Apeninos, las colinas de olivos y la llanura. Un territorio que ofrece un retiro pacífico de las zonas más transitadas, dejando espacio para la serenidad y la tranquilidad.
Montale fue construido sobre una colina como pueblo fortificado a principios del Siglo XIII; en el 1303, cuando los florentinos se impusieron en los conflictos entre ellos y Pistoia, el castillo fue conquistado y sucesivamente destruido, y hoy sólo quedan algunos vestigios. El pueblo subyacente, el actual Montale, se desarrolló más tarde.
En el territorio de Montale hay edificios religiosos dignos de mención. Por ejemplo, en la aldea de Fognano es posible visitar la Abadía San Salvatore in Agna; su presencia en este pequeño asentamiento rural, utilizado en su día como "hospital" para los peregrinos, fue documentada por primera vez en el año 772, cuando también había un convento de monjas benedictinas.
Para seguir explorando el territorio, que forma parte de Pistoia y de la Montaña de Pistoia, merece la pena subir hasta Tobbiana; además de ser la localidad de mayor altitud de todo el Municipio, cuenta con una iglesia del Siglo XVIII -la Iglesia San Michele Arcangelo- en posición panorámica y es también un punto de partida perfecto para los excursionistas de la montaña.
Por último, para los amantes de la naturaleza, está la Reserva de Acquerino Cantagallo; este oasis en el corazón de los Apeninos, con sus grandes bosques de hayas y castaños, entre los que se encuentran algunos árboles centenarios, alberga ciervos, corzos, jabalíes, zorros, garduñas, puercoespines y multitud de especies de aves.
El territorio de Montale forma parte del área de producción de la Mortadela de Prato IGP, un embutido tradicional cuyos orígenes se remontan al Siglo XVI. Su singularidad se debe a las especias y a la adición de alkermes, un licor típicamente utilizado en los postres. La Mortadela de Prato IGP se puede degustar ligeramente caliente o fría, como acompañamiento de otros entremeses típicos de Toscana.