De Volterra a Massa Marittima por la Sarzanese Valdera
Configura el GPS: La Sterza, Saline di Volterra, Pomarance, Larderello, Castelnuovo Val di Cecina, Massa Marittima
Pudiendo elegir el lugar de salida, por simpatía arrancamos el motor en La Sterza: aunque tras una curva fiable a la derecha los siguientes kilómetros discurren prácticamente en línea recta. Para calentar los neumáticos, solo queda el divertido zigzag con parada en boxes en el pueblo de Lajatico, cuna del famoso tenor Andrea Bocelli: 100 % de Lajatico. La parada de relax es en el Teatro del Silenzio: anfiteatro natural con una densa programación musical y cultural.
Pudiendo elegir el lugar de salida, por simpatía arrancamos el motor en La Sterza: aunque tras una curva fiable a la derecha los siguientes kilómetros discurren prácticamente en línea recta. Para calentar los neumáticos, solo queda el divertido zigzag con parada en boxes en el pueblo de Lajatico, cuna del famoso tenor Andrea Bocelli: 100 % de Lajatico. La parada de relax es en el Teatro del Silenzio: anfiteatro natural con una densa programación musical y cultural.
Tras solo un par de medias curvas, siguiendo la carretera se llega a una bifurcación: a la izquierda se va hacia Volterra y a la derecha hacia el pintoresco pueblo de Orciatico. Más adelante, nos consolamos con el primer vistazo magnético de Volterra, después el paisaje alcanza más allá de las colinas. Una serie de chicanes presagian la inminente llegada de geometrías con más cuerpo, y en Montecatini Val di Cecina se puede visitar el Museo de las Minas, el Palazzo Pretorio y la Chiesa di San Biagio (la iglesia más importante).
De repente, una hermosa ventana panorámica se abre mostrándonos de nuevo Volterra, ahora más cercana y tentadora. Salinas de Volterra, cruce con la SR68, a solo 10 + 10 km ofrece la opción de "visita y regreso". Alternativa: vistazo rápido al Palazzo dell'Orologio y se reanuda la ruta. Más allá de Case San Lorenzo la carretera se vuelve más amena y sube hasta Pomarance, con vistas a la Val di Cecina. Muchos los monumentos a destacar: Iglesia parroquial de San Giovanni Battista, Casa de Paolo Mascagni, Torre dell'Orologio, Palazzo Pretorio, Palazzo de Larderel y la fortaleza Rocca Sillana... parada justificada, sobre todo en ocasión del Palio Storico (septiembre).
Tras solo un par de medias curvas, siguiendo la carretera se llega a una bifurcación: a la izquierda se va hacia Volterra y a la derecha hacia el pintoresco pueblo de Orciatico. Más adelante, nos consolamos con el primer vistazo magnético de Volterra, después el paisaje alcanza más allá de las colinas. Una serie de chicanes presagian la inminente llegada de geometrías con más cuerpo, y en Montecatini Val di Cecina se puede visitar el Museo de las Minas, el Palazzo Pretorio y la Chiesa di San Biagio (la iglesia más importante).
De repente, una hermosa ventana panorámica se abre mostrándonos de nuevo Volterra, ahora más cercana y tentadora. Salinas de Volterra, cruce con la SR68, a solo 10 + 10 km ofrece la opción de "visita y regreso". Alternativa: vistazo rápido al Palazzo dell'Orologio y se reanuda la ruta. Más allá de Case San Lorenzo la carretera se vuelve más amena y sube hasta Pomarance, con vistas a la Val di Cecina. Muchos los monumentos a destacar: Iglesia parroquial de San Giovanni Battista, Casa de Paolo Mascagni, Torre dell'Orologio, Palazzo Pretorio, Palazzo de Larderel y la fortaleza Rocca Sillana... parada justificada, sobre todo en ocasión del Palio Storico (septiembre).
La SS/SR439 depara ahora una sugestiva vista del Valle dell'Inferno, protagonistas indiscutibles son los soffioni boraciferi (fumarolas) y las pozas burbujeantes de Larderello. Mérito de Francis Larderel, promotor del nacimiento de este pueblo fabril. Todas las respuestas a tus preguntas sobre energía geotérmica las encontrarás en el Geomuseo: solo tienes que preguntar.
Foto de recuerdo con las motos y las torres geotérmicas cercanas: los ojos mirando el retrovisor antes de llegar a Castelnuovo Val di Cecina. Pueblo con un aire a Edad Media: casas de piedra, pequeños arcos y calles empedradas. Incluido el "chiassino", considerado el callejón más estrecho del mundo (solo 50 cm). Un paisaje montañoso envuelve ahora la Sarzanese Valdera, de nuevo dispuesta a espolear al conductor.
La SS/SR439 depara ahora una sugestiva vista del Valle dell'Inferno, protagonistas indiscutibles son los soffioni boraciferi (fumarolas) y las pozas burbujeantes de Larderello. Mérito de Francis Larderel, promotor del nacimiento de este pueblo fabril. Todas las respuestas a tus preguntas sobre energía geotérmica las encontrarás en el Geomuseo: solo tienes que preguntar.
Foto de recuerdo con las motos y las torres geotérmicas cercanas: los ojos mirando el retrovisor antes de llegar a Castelnuovo Val di Cecina. Pueblo con un aire a Edad Media: casas de piedra, pequeños arcos y calles empedradas. Incluido el "chiassino", considerado el callejón más estrecho del mundo (solo 50 cm). Un paisaje montañoso envuelve ahora la Sarzanese Valdera, de nuevo dispuesta a espolear al conductor.
El último desvío a tener en cuenta conduce a Monterotondo Marittimo y su Parque Le Biancane: otra postal lunar, donde la historia de la geotermia se explica a lo largo de una agradable ruta de senderismo. Con un final intenso –notable curva sacacorchos en el km 149–, la carretera baja de nuevo y reaparece la campiña de estilo toscano.
El último desvío a tener en cuenta conduce a Monterotondo Marittimo y su Parque Le Biancane: otra postal lunar, donde la historia de la geotermia se explica a lo largo de una agradable ruta de senderismo. Con un final intenso –notable curva sacacorchos en el km 149–, la carretera baja de nuevo y reaparece la campiña de estilo toscano.
La síntesis de los kilómetros más bonitos termina en las afueras de Massa Marittima, donde no faltan excusas para detenerse. Si quieres librarte del olor a azufre o simplemente bañarte en el mar Tirreno, sólo tienes que dirigir tu manillar recto hacia el golfo de Follonica.
La síntesis de los kilómetros más bonitos termina en las afueras de Massa Marittima, donde no faltan excusas para detenerse. Si quieres librarte del olor a azufre o simplemente bañarte en el mar Tirreno, sólo tienes que dirigir tu manillar recto hacia el golfo de Follonica.