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Itinerarios bici

Por las Minas en bicicleta Gravel

Un circuito desafiante para conocer el pasado de la gente de Amiata
de  Amiata

Castell'Azzara debe su nombre a una leyenda que dice que fue "jugada" a los dados entre el Papa y el Emperador. Desde aquí hay unas vistas impresionantes de Val di Paglia y Lacio, y también comienza la visita a las minas.

Comenzamos a pedalear en el sentido de las agujas del reloj, por una pequeña carretera asfaltada que atraviesa la Reserva Natural del Monte Penna y que ofrece hermosas vistas panorámicas; unos pocos kilómetros y llegamos a la primera mina, aquella Cornacchino, que encontraremos tras un breve desvío a nuestra izquierda. Se trata de uno de los yacimientos más antiguos de Amiata: uno puede imaginarse a los etruscos excavando aquí, en los estrechos túneles que hoy pueden visitarse con total seguridad pero que también, en el Siglo XIX, vieron trabajar a mujeres y niños.

Con la naturaleza reinando, comenzamos a descender hacia el otro pueblo minero de la zona, Selvena, y desde aquí, con un desvío de un par de kilómetros, llegamos a la Mina Morone. Aquí, los restos industriales del yacimiento son impresionantes y dan una buena idea de lo que debió de ser cuando aún se desarrollaba la actividad minera en la Montaña Amiata. Se recomienda un recorrido en bicicleta por el interior de la mina, aunque extremando las precauciones y respetando la señalización de los itinerarios.

Volviendo a subir, se atraviesa Selvena e, inmediatamente después de salir del pueblo, se gira a la izquierda siguiendo la señal de Poggio Montone. Seguimos esta pequeña carretera asfaltada durante 3,5 km hasta llegar a la SP4, que tomamos girando a la derecha. Tras unos cientos de metros, se gira a la izquierda en dirección a Piancastagnaio por la SP66. Después de cuatro kilómetros, giramos a la derecha por un camino de tierra, siguiendo las señales del "centro de visitantes"; desde aquí entramos en la Reserva Natural de Pigelleto. Aquí viven muchas especies arbóreas y animales, pero el bosque también oculta otra mina histórica, aquella de Siele, a la que llegaremos siguiendo fielmente la pista gpx. Aquí había un verdadero pueblo minero, con capilla, escuela, enfermería. Detenerse aquí, cerrar los ojos e imaginar cómo debió de ser a principios del Siglo XX es una experiencia recomendable.

Desde aquí, pasando por el sendero inmerso en el biotopo, se sube hasta la carretera provincial y, finalmente, se regresa tranquilamente a Castell’Azzara.

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