Con la llegada de la primavera, Toscana se ilumina con una nueva luz: las colinas se tiñen de verde, los pueblos cobran vida y las fragancias del campo vuelven a ser protagonistas. Es la estación perfecta para bajar el ritmo, respirar y dejarse llevar por la curiosidad entre naturaleza, arte y sabores.
Veamos diez experiencias imperdibles para vivir Toscana en todo su esplendor.
En primavera, la bicicleta es el medio ideal para conocer Toscana a un ritmo pausado, entre olor a hierba recién crecida y panoramas que se abren a la vuelta de cada curva.
Entre las rutas más emblemáticas se encuentra la Eroica: 200 kilómetros de caminos sin asfaltar por colinas de Chianti, Val d’Orcia y Crete Senesi, un auténtico paraíso para los amantes del ciclismo y los paisajes de autor.
Por el camino, una parada en San Giovanni d'Asso permite degustar el tartufo marzuolo, trufa local, protagonista de la Mostra Mercato, que festeja los sabores genuinos de la primavera toscana.
La primavera es la época en que la naturaleza estalla: flores silvestres, árboles en flor y mariposas colorean parques y reservas naturales.
Entre los lugares más bellos para explorar a pie se encuentran los parques nacionales y regionales de Toscana. En la Isla de Elba el Santuario de las mariposas permite admirar especies muy raras de mariposas.
Los apasionados de la costa pueden ir de excursión al Parque de Maremma, donde en primavera la naturaleza estalla en toda su vitalidad entre dunas floridas, aves migratorias y crías recién nacidas; y los que prefieren la montaña pueden disfrutar de las "praderas", donde el paisaje se abre entre pastos, flores y antiguas atalayas.
En Logarghena, a principios de mayo se celebra la Festa delle Giunchiglie (Fiesta de los Narcisos), evento tradicional que marca la llegada de la primavera: las praderas se transforman en una fragante alfombra de flores blancas y amarillas, un espectáculo natural único, perfecto para paseos y excursiones por la naturaleza y la historia.
Sorano, Lari, Suvereto, Santa Fiora y Sarteano son solo algunos de los pueblos del interior de Toscana que han sido galardonados con la Bandera Naranja del Touring Club Italiano, símbolo de excelencia en hospitalidad y valorización de su patrimonio histórico y medioambiental.
Estas pequeñas joyas hablan de una Toscana auténtica y genuina, de plazas tranquilas, talleres artesanos y panoramas que invitan a bajar el ritmo.
Perfectos para una escapada slow, son lugares donde el tiempo parece fluir más suavemente, entre historia, tradición y belleza cotidiana.
En mayo, en Lucignano, durante la Maggiolata los cuatro barrios del pueblo compiten entre sí con carrozas decoradas con flores frescas, mientras que en Lari, desde finales de mayo hasta principios de junio, los gourmets pueden disfrutar del símbolo más delicioso del lugar en la Feria de las Cerezas,.
La primavera es ideal para descubrir villas y jardines históricos que embellecen el paisaje.
De las doce villas mediceas declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO se encuentran el Giardino di Boboli -ejemplo perfecto de jardín a la italiana y auténtico museo al aire libre-, el Parco Mediceo de Pratolino en Vaglia -dominado por el famoso Gigante dell’Appennino esculpido por Giambologna-, Villa La Petraia -a las afueras de la ciudad, con sus elegantes terrazas floridas- y Palazzo Mediceo de Seravezza, que hoy alberga el Museo del Lavoro e delle Tradizioni Popolari della Versilia Storica.
Lugares donde arte, naturaleza e historia se entrelazan en una armonía totalmente toscana.
Bolgheri, Chianti, Carmignano, Colli di Luni: cada ruta del vino es un viaje a través de paisajes y sabores que narran una faceta diferente de Toscana.
Entre hileras doradas de viñas y pueblos de piedra se encuentran bodegas históricas y también innovadoras, donde el vino cobra vida con pasión y tradición.
El último fin de semana de mayo, en el evento Cantine Aperte, grandes y pequeñas bodegas reciben a los visitantes con degustaciones, visitas guiadas y encuentros con los productores.
No hay nada más regenerante que bañarse en cálidas aguas termales rodeado de naturaleza.
En Toscana, el bienestar brota directamente del corazón de la tierra: además de los balnearios de renombre, existen manantiales gratuitos donde relajarse al aire libre durante todo el año.
Desde las aguas sulfurosas de Petriolo hasta las espectaculares cascate de Saturnia y los sugerentes bagni de San Filippo, cada lugar ofrece una experiencia de puro relax, donde cuerpo y mente reencuentran la armonía.
Esculturas monumentales, instalaciones visionarias y personajes de cuento animan algunos de los parques artísticos más sorprendentes de Toscana.
En Capalbio, el Jardín de Tarot invita a un viaje a través de las 22 imponentes figuras de los Arcanos Mayores del Tarot, coloridas obras que aúnan simbolismo, sueños y fantasía.
En Collodi, el Parque de Pinocchio da vida al sueño de Pinocho, la famosa marioneta, con esculturas, juegos interactivos y escenarios que maravillan a mayores y pequeños.
En Castelnuovo Berardenga, Chianti, el Parque de Esculturas en Chianti fusiona arte contemporáneo y naturaleza en un itinerario por bosques de encinas e instalaciones perfectamente integradas en el paisaje.
Pero eso no es todo: Toscana también es tierra de arte al aire libre donde las obras dialogan con la naturaleza y el paisaje se convierte en parte de la experiencia junto con la mirada del observador.