Se aprecian más cuando los días empiezan a alargarse y la temperatura se suaviza, y su encanto destaca en otoño, cuando los colores de las hojas los tiñen de tonos cálidos y arropadores. Los parques son cruciales en verano, cuando hace mucho calor y son la salvación para muchas personas, sobre todo las que se han quedado en la ciudad pero también para muchos turistas, a los que evidentemente nuestras temperaturas ponen a prueba. Está científicamente demostrado que la temperatura baja en medio de la vegetación.
La lista de parques que presentamos es parcial, en una zona tan amplia como Florencia y sus alrededores: abarca desde jardines públicos hasta los históricos y en todos ellos para acceder no se precisa entrada.
Signa y Lastra a Signa son dos poblaciones separadas por el río Arno. Y es precisamente a lo largo del río donde encontramos amplios espacios verdes disponibles para un refrescante descanso. En Signa, el Parque Renai, un oasis de vegetación, extensiones de agua e instalaciones deportivas: piscina, voleibol, y también un lago donde es posible bañarse. Hemos hablado a menudo de este parque, realmente se puede disfrutar de él también desde Florencia.
A lo largo del río, pero en la otra orilla, se encuentra el Parco Fluviale o Di là d'Arno: es un espacio llano, verde y arbolado donde se puede pasear en bicicleta, hacer picnic o jugar. Si, por el contrario, se sube a una colina, la zona de Lastra a Signa ofrece el hermoso parque de Villa Caruso Bellosguardo, antaño residencia del tenor Enrico Caruso. El parque, de aspecto un tanto fané, alterna jardines italianos con zonas boscosas y ofrece, como su nombre indica, una espléndida vista.
La zona de Reggello ya es muy verde, pero nos gustaría destacar un parque público que también es interesante por su memoria, ya que conmemora a las víctimas de las inundaciones del río Resco –fue en 1966, un año difícil. El Parco Le Lastre se presta a paseos sugestivos, sumergiéndose en el verdor y siguiendo los caminos de los cursos de agua que atraviesan la zona.
¿Y qué decir de Bagno a Ripoli, donde la urbanización existe, pero no afecta demasiado al paisaje en general? También aquí encontramos un gran parque, muy frecuentado y popular, llamado I ponti (Los puentes), actualmente dedicado a Silvano (Nano) Campeggi, ciudadano de Bagno a Ripoli famoso por haber ilustrado con su trazo inconfundible los carteles de las películas más populares del pasado.
En el territorio al oeste de Florencia, muy llano, se encuentran los municipios de Sesto Fiorentino y Calenzano. Aquí hay dos hermosos espacios verdes.
Entre antiguas villas, arquitectura etrusca y un ambiente ya rural se encuentra el Parco di Villa Solaria, propiedad del municipio de Sesto Fiorentino. El parque ocupa una superficie de unos 60 000 m2 y se caracteriza por grandes prados separados por densas zonas boscosas. Entre los ejemplares más notables por su edad y tamaño se encuentran cipreses, arces, cedros, castaños de indias, pinos, robles, secuoyas, tejos, tilos, álamos blancos y ginkgos.
Situado entre Calenzano y Prato se encuentra el otro hermoso espacio verde llamado Parque Neto. Con una extensión de unas siete hectáreas, ha mantenido intactas esas características, antaño generales para toda la llanura, de zona húmeda, vestigio de un sistema lacustre mayor, con una red de caminos bordeados por hileras de tilos y plátanos.
Sin embargo, los jardines y parques más grandes, característicos y valiosos de la zona florentina proceden de los Médicis. Amantes de la naturaleza, disponían de villas en lugares sugestivos, que podemos ir a descubrir empezando por la enorme extensión del Parque Medici de Pratolino, en el municipio de Vaglia, un lugar que ofrece experiencias de arte y naturaleza.
También en Florencia hay varios refugios seguros, desde los jardines de las villas mediceas de Petraia y Castello, muy apreciados por los florentinos, hasta el más recientemente reabierto Jardín de Villa La Quiete, una auténtica joya del siglo XVIII. Se realizó entre 1724 y 1727 a instancias de la electora del Palatinado –la última representante de la familia Médicis– y es un ejemplo único de jardín formal, que aún conserva su forma original.