La Villa romana del Vergigno, situada en Montelupo Fiorentino entre los arroyos Pesa y Vergigno, es uno de los ejemplos mejor conservados de villas rústicas de Toscana. Construida en el siglo I a.C., en plena época republicana y habitada hasta el siglo V d.C., la villa aúna una función agrícola y productiva con otra residencial, ofreciendo un testimonio único de la vida rural romana.
La parte residencial, de dos plantas y formada por unas 16 estancias, sigue el modelo de la domus urbana pero adaptado al entorno agrícola. Aquí se encontraban las habitaciones de los dueños y de los sirvientes, así como un gran sector termal con frigidarium, tepidarium, calidarium y laconicum, dotado de un hipocausto para que circulara aire caliente.
Junto a los espacios habitables, se encontraba la sección de producción, con cobertizos y almacenes destinados a la los frutos recolectados del campo circundante. Las excavaciones y descubrimientos han documentado una intensa actividad agrícola, especialmente vitivinícola: dos tinajas de opus signinum para guardar el mosto, y un gran lagar para prensar la uva. También hornos para la producción de cerámica, bloques de arcilla y ánforas, que confirman que la villa era un centro manufacturero además de agrícola.
La villa, sacada a la luz desde la década de 1980 gracias a la labor del Gruppo Archeologico di Montelupo, fue objeto de campañas de excavación entre 1989 y 1994. Posteriormente, una gran estructura de cubrimiento ha permitido conservar la zona residencial y termal, que desde 2006 puede visitarse como parte del Parque Arqueológico Naturalista. Desde 2013, con el Villa del Vergigno Archaeological Project, el sitio ha vuelto a protagonizar investigaciones internacionales que han enriquecido el conocimiento de sus técnicas de construcción, sus espacios de producción y actividades artesanales.
Hoy en día la Villa del Vergigno se nos presenta como un lugar único en la provincia de Florencia, no sólo por su trazado totalmente reconstruido, sino también por su capacidad para relatar, a través de sus espacios, la vida cotidiana de una comunidad romana que compaginaba agricultura, comercio y ocio.