La Costa

A lo largo de quinientos kilómetros de costa, de suaves extensiones de arena y encantadoras calas rocosas, Toscana se sumerge en las plácidas olas del mar Tirreno, rodeándose de pinares, colinas, cordilleras, reservas naturales, ciudades y pequeños pueblos.
La costa toscana hace de su variedad su punto fuerte: las largas playas de Maremma, la Laguna de Orbetello, los paisajes característicos de la Riviera Apuana, con las montañas que se elevan a pocos pasos del mar.

De la flora del Parque Regional Migliarino, San Rossore, Massaciuccoli hasta las confortables costas de Versilia y los pintorescos acantilados de Livorno, hay un tipo de vacaciones para todos los gustos y necesidades.  Puedes relajarte en una tumbona entre un baño y otro, bucear para observar el mundo submarino o bien, seguir itinerarios de senderismo con aromas del matorral mediterráneo.

Senderos inmersos en la naturaleza y carriles bici conducen al mar que baña la Costa Etrusca, donde el paisaje natural se ve realzado por valiosos testimonios arqueológicos. Y el viaje continúa en el Parque Nacional del Archipiélago Toscano que abarca una extensión de mar de más de 600 kilómetros cuadrados, entre Livorno y el promontorio del Argentario, con siete islas que son perlas de belleza natural y una constelación de rocas e islotes.

Los golfos y las ensenadas invitan a la aventura y ofrecen mil oportunidades para realizar actividades divertidas como buceo de superficie, surf, kayak o bien, momentos más contemplativos, descubriendo los cetáceos.

Pero la costa es también una sucesión de pueblos fascinantes, con su historia y cultura, centinelas que miran hacia el mar. Castiglione della Pescaia, Castiglioncello, Castagneto Carducci, Scarlino, Suvereto, Campiglia Marittima y otros aún permiten redescubrir el placer de las pequeñas cosas, de pasear al atardecer y disfrutar de un sencillo aperitivo o una cena a base de productos típicos, rodeados de plazas y callejuelas más bellas que en un sueño.