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Itinerarios
Una caminata de tres días a lo largo de la Vía Francígena en el norte de Toscana

Desde Pontremoli hasta Pietrasanta

Caminar por la Vía Francígena significa experimentar Toscana en un modo que no muchas personas llegan a ver. Como itinerario de peregrinación, la Vía Francígena es un camino tranquilo y contemplativo que recorre toda la región, por ello ofrece la oportunidad de explorar las partes menos conocidas de Toscana, como su hermoso norte.

Nosotros somos blogueros caminantes de viaje en ¿Que te parece si fuéramos caminando? y en el 2017 caminamos toda la Vía Francígena desde Canterbury en el Reino Unido hasta Roma, y nos encantó el norte de Toscana en modo particular. Nos sorprendió y fascinó con sus pueblos medievales selvajes y sus tranquilos paisajes de montaña. Efectivamente, hemos preparado un itinerario de senderismo de tres días, completo con lugares de peregrinación donde alojarse y comer, para que puedas experimentar una de nuestras partes ocultas favoritas de los 2.000 km del trayecto. 

1.
Día 1
Desde Pontremoli hasta Aulla

Comienza en Pontremoli, la ciudad justo en la cúspide de la frontera entre Toscana y Emilia-Romaña. Los Apeninos están detrás de ti y Pontremoli mismo se sienta a lo largo de las orillas del burbujeante río Verde. O mejor dicho, se sienta en él: en su interior no hay menos de seis puentes que cruzan el agua en el laberinto de calles medievales.

Únete a la Vía Francígena en dirección al sur, y en 8 km entrarás en Ponticello, un increíble pueblo de 1400 años de antigüedad. Métete en las calles subterráneas y sube por las estrechas escaleras hasta llegar a Villafranca, en Lunigiana.

Villafranca es un hermoso lugar para pasear, con menús para peregrinos a buen precio y sitios donde alojarse si planeas caminar hasta Aulla al día siguiente. Pero te sugerimos ir en tren hasta Aulla y pasar la noche en el excelente hostal de peregrinos Parroquia San Caprasio. También está muy cerca de la Taverna de Lunigiana (al otro lado del puente del río), donde se puede degustar un menú para peregrinos, una generosa y económica comida de tres platos que se ofrece a los caminantes, incluido el vino. ¡Perfecto después de un buen día de caminata!

Alternativamente, si te quedas en Villafranca en Lunigiana, puedes tomarte un día extra para caminar hasta Aulla tú solo (son 14 km).

Comienza en Pontremoli, la ciudad justo en la cúspide de la frontera entre Toscana y Emilia-Romaña. Los Apeninos están detrás de ti y Pontremoli mismo se sienta a lo largo de las orillas del burbujeante río Verde. O mejor dicho, se sienta en él: en su interior no hay menos de seis puentes que cruzan el agua en el laberinto de calles medievales.

Únete a la Vía Francígena en dirección al sur, y en 8 km entrarás en Ponticello, un increíble pueblo de 1400 años de antigüedad. Métete en las calles subterráneas y sube por las estrechas escaleras hasta llegar a Villafranca, en Lunigiana.

Villafranca es un hermoso lugar para pasear, con menús para peregrinos a buen precio y sitios donde alojarse si planeas caminar hasta Aulla al día siguiente. Pero te sugerimos ir en tren hasta Aulla y pasar la noche en el excelente hostal de peregrinos Parroquia San Caprasio. También está muy cerca de la Taverna de Lunigiana (al otro lado del puente del río), donde se puede degustar un menú para peregrinos, una generosa y económica comida de tres platos que se ofrece a los caminantes, incluido el vino. ¡Perfecto después de un buen día de caminata!

Alternativamente, si te quedas en Villafranca en Lunigiana, puedes tomarte un día extra para caminar hasta Aulla tú solo (son 14 km).

2.
Día 2
Desde Aulla hasta Massa

Hoy se camina desde Aulla hasta los hermosos y escarpados Alpes Apuanos. La Vía Francígena también llega hasta Liguria, ofreciendo un vistazo al vecino costero de Toscana. Los dos bonitos pueblos Bibola y Vecchietto son los primeros en el itinerario, en lo alto de esta parte pintoresca y muy tranquila en Toscana con el panorama de las montañas.

Luego, el paseo te lleva al otro lado de la frontera, zigzagueando a través de las colinas con vistas al mar Mediterráneo. Termina en la bonita ciudad de Sarzana, en Liguria. Es tan frondoso y verde que las plantas parecen brotar de las mismas paredes del lugar, puedes elegir entre numerosos bares para relajarse antes de terminar el día.

Viaja en tren desde Sarzana hasta la cercana Massa, de vuelta a Toscana. Tan cerca de las famosas canteras de mármol deCarrara, todo absolutamente todo en Massa está hecho de mármol - desde los bordillos del pavimento hasta el monolito de mármol que es la Catedral de Massa, llamada La Catedral de los Santos Pietro y Francesco. Las montañas y las canteras son el telón de fondo de esta ciudad de mármol.

El impresionante Ostello Palazzo Niza es un lugar espectacular para alojarse en el centro de Massa, que está cerca de restaurantes donde ofrecen grandes pizzas perfectas para un peregrino.

Hoy se camina desde Aulla hasta los hermosos y escarpados Alpes Apuanos. La Vía Francígena también llega hasta Liguria, ofreciendo un vistazo al vecino costero de Toscana. Los dos bonitos pueblos Bibola y Vecchietto son los primeros en el itinerario, en lo alto de esta parte pintoresca y muy tranquila en Toscana con el panorama de las montañas.

Luego, el paseo te lleva al otro lado de la frontera, zigzagueando a través de las colinas con vistas al mar Mediterráneo. Termina en la bonita ciudad de Sarzana, en Liguria. Es tan frondoso y verde que las plantas parecen brotar de las mismas paredes del lugar, puedes elegir entre numerosos bares para relajarse antes de terminar el día.

Viaja en tren desde Sarzana hasta la cercana Massa, de vuelta a Toscana. Tan cerca de las famosas canteras de mármol deCarrara, todo absolutamente todo en Massa está hecho de mármol - desde los bordillos del pavimento hasta el monolito de mármol que es la Catedral de Massa, llamada La Catedral de los Santos Pietro y Francesco. Las montañas y las canteras son el telón de fondo de esta ciudad de mármol.

El impresionante Ostello Palazzo Niza es un lugar espectacular para alojarse en el centro de Massa, que está cerca de restaurantes donde ofrecen grandes pizzas perfectas para un peregrino.

3.
Día 3
Desde Massa hasta Pietrasanta

Después de explorar Massa, salga de la ciudad por la Via Francigena y venga rápidamente al Castello Malaspina, el imponente castillo de la cima de la colina. La empinada subida te recompensará con impresionantes paisajes de Massa y el brillante mar Mediterráneo.

Esta caminata de tres días termina en la totalmente poco apreciado Pietrasanta. Si te gusta Lucca, te entusiasmará mucho Pietrasanta: es muy elegante y con una larga tradición artística, es el hogar de muchas galerías y talleres de escultura. También tiene una hermosa plaza frente al maravilloso Duomo San Martino, presidido (por supuesto) por un mármol blanco crema. Busca las muestras temporales de esculturas que se encuentran en la Plaza.

Es el lugar perfecto para brindar por tus tres días de exploración del norte de Toscana en la Vía Francígena.

Sólo hay un lugar para intentar alojarse como peregrino en Pietrasanta y es la Casa Diocesana La Rocca, gestionada por las monjas y un lugar para compartir una comida con otros peregrinos.

Después de explorar Massa, salga de la ciudad por la Via Francigena y venga rápidamente al Castello Malaspina, el imponente castillo de la cima de la colina. La empinada subida te recompensará con impresionantes paisajes de Massa y el brillante mar Mediterráneo.

Esta caminata de tres días termina en la totalmente poco apreciado Pietrasanta. Si te gusta Lucca, te entusiasmará mucho Pietrasanta: es muy elegante y con una larga tradición artística, es el hogar de muchas galerías y talleres de escultura. También tiene una hermosa plaza frente al maravilloso Duomo San Martino, presidido (por supuesto) por un mármol blanco crema. Busca las muestras temporales de esculturas que se encuentran en la Plaza.

Es el lugar perfecto para brindar por tus tres días de exploración del norte de Toscana en la Vía Francígena.

Sólo hay un lugar para intentar alojarse como peregrino en Pietrasanta y es la Casa Diocesana La Rocca, gestionada por las monjas y un lugar para compartir una comida con otros peregrinos.

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