Las sinuosas calles de Campiglia Marittima te envuelven como un cálido abrazo. Un laberinto de calles de piedra te llevará a la histórica fortaleza que domina el valle. No te dejes disuadir por las empinadas subidas que tendrás que superar porque, te aseguro, valdrá la pena. Tómate el tiempo para admirar el atardecer desde este increíble mirador.
Campiglia es uno de esos lugares donde te puedes sentir como en casa, un refugio seguro para relajarte después de cada aventura. Desde el pueblo se puede llegar fácilmente a la playa de San Vincenzo, relajarse en los baños termales de Venturina o visitar un parque arqueológico minero. Todas las noches prueba alguna comida nueva y saborea el mejor vino que la costa Etrusca te puede ofrecer.
Campiglia cuenta con una amplia gama de opciones de alojamiento, desde Bed & Breakfasts hasta los Bed & Bike. Prueba la cocina tradicional o platos más experimentales y explora todo lo que es auténtico e innovador en Toscana. Lo más importante es la gente hospitalaria que, con su calidez, contribuirá para que disfrutes de las vacaciones de tus sueños.
Primero lo primero: Disfruta del lujo único de los masajes, de las aguas curativas y de todos los mimos que tu tiempo te permita. Venturina Terme está situada a sólo 10 minutos de Campiglia Marittima. Es un pequeño pueblo con una historia increíble, los Etruscos y Romanos solían venir a este lugar por sus aguas curativas, como demuestran los impresionantes restos en la zona.
Actualmente el pueblo cuenta con dos balnearios termales donde se puede optar por pasar un día de descanso y relax.
En Venturina Terme, los tratamientos termales hidropónicos, los baños de barro, la balneoterapia y otros tratamientos, son llevados a cabo por personal profesionalmente capacitado. Las aguas termales fluyen a 45° Celsius y tienen propiedades curativas comprobadas. Han sido eficaces en la curación de enfermedades respiratorias, reumatismo y dolor articular, así como otras dolencias.
El lago Calidario se encuentra a sólo cinco minutos en coche del balneario termal. Aquí encontrará un lago de manantial natural de unos 3000 metros cuadrados alimentado por varias fuentes de agua que fluyen a una temperatura permanente de 36 grados directamente desde el fondo del lago. Pásate un día encantador en el agua y por la noche observa las estrellas. Incluso es posible pedir un aperitivo flotante mientras estás en el agua para ciertas ocasiones especiales.
Curiosidades: el lago Calidario está habitado por el Melanopsis Etrusca, una especie de caracol de agua dulce. La población actual de Melanopsis en el Calidario es una de las últimas que permancen en la región. El aumento del nivel del mar, junto con la disminución de las temperaturas, ha dado lugar a una reducción gradual de su hábitat natural. Este manantial natural es uno de los pocos lugares que quedan en Italia donde todavía es posible encontrarlos.
El segundo día, explora las 450 hectáreas del fascinante Parque Arqueológico Minero de San Silvestro. Hay cuatro senderos que llegan hasta museos, túneles mineros y un pueblo medieval abandonado: la impresionante Fuerte de San Silvestro. Este pueblo fortificado medieval de mineros y herreros se estableció entre los siglos X y XI como un asentamiento feudal destinado a explotar los abundantes yacimientos locales de cobre, plomo y plata para acuñar monedas. El pueblo fue abandonado en el siglo XIV debido a una serie de acontecimientos políticos, así como a los cambios en la gestión de las minas y la fundición de metales, así como a el dramático decrecimiento poblacional.
Hoy en día, a través de un itinerario se puede llegar dentro del recinto amurallado y de los antiguos barrios residenciales y artesanales para conocer cómo era la vida en la Edad Media. Desde la impresionante entrada hasta un original horno de pan, el camino está bordeado por una serie de paneles que describen las diferentes áreas.
El mar cristalino de San Vincenzo está bordeado por frondosos pinares y espesos matorrales mediterráneos. La espléndida playa, de arena fina y dorada, se extiende a lo largo de muchos kilómetros y contiene una gran variedad de establecimientos balnearios y playas públicas. Si buscas algo más escabroso, puedes visitar el parque de Rimigliano: 120 hectáreas de costa con el sendero de la Princesa que divide el parque en dos zonas diferenciadas: la franja costera con sus dunas y playa, y la parte más amplia del parque que incluye zonas de cultivo, la antigua zona lacustre de Rimigliano y el bosque de robles. Aunque no hay playas privadas, hay duchas y otros servicios para los visitantes que necesitan algunas comodidades en la naturaleza.
Regreso a Campiglia Marittima para una tarde de exploración de la ciudad. No dejes de visitar el majestuoso palacio Pretorio. Originaria del siglo XIII, esta residencia histórica del Capitán de Justicia ha sido modificada varias veces a lo largo de los siglos. La fachada principal del edificio está adornada con escudos de los siglos XV-XVII. Si deseas saber más sobre los minerales locales, el palacio Pretorio cuenta con un museo de minerales con innumerables objetos que fueron extraídos durante la explotación del rico territorio local. A lo largo de los años, la colección ha crecido hasta incluir ejemplos de minerales de toda Italia, así como muestras de Norte y Sur de África y Sudamérica.
Campiglia Marittima es el lugar perfecto para degustar lo mejor de la cocina toscana, tanto si prefieres platos a base de pescado como de carne. No te vayas de la ciudad sin probar la especialidad local, la schiaccia Campigliese: una torta crujiente hecha de harina, huevos, azúcar y piñones, normalmente servida con vin santo.
Si vas en agosto, participa a uno de los principales festivales italianos dedicados al teatro de calle que transforma los callejones y las plazas del pueblo en un gigantesco escenario.