Ideas, algunas para viajar descubriendo inesperados tesoros de culturas, historia y arte, buscándolos en los pueblos, que son perfectos para recorrerlos a pie y es una válida alternativa, de los clásicos itinerarios turísticos que conducen hacia las grandes ciudades de arte.
En Val d'Elsa, dentro del recinto amurallado en San Gimignano, el turista camina nariz arriba, cautivado por las quince torres enrojecidas que pareciera que compiten por tocar el cielo: desde la torre del Antiguo Palacio Podestà hasta la altísima Gran Torre del Palacio Nuevo, desde las Torres Gemelas de los Ardinghelli, güelfas, hasta las ágiles torres gibelinas de los Salvucci.
Las atmosferas medievales se respiran también en Suvereto paseando por el centro en busca de las tiendas artesanales, puestos y monumentos que han permanecido inalterados por siglos (Palacio del Municipio, el claustro del Convento San Francesco, la Iglesia del Crucifijo, la Parroquia San. Giusto, el Fuerte Aldobrandeschi).
También Pontremoli, mencionado por Sigerico, a lo largo de su camino en la Vía Francígena, conserva un interesante centro histórico medieval, defendido por el Castillo Piagnaro, que es la sede del Museo de Estatuas Estelas.
En la tierra del Renacimiento, patria de grandes artistas, Vinci rinde homenaje a Leonardo, guiando el turista por un itinerario que lleva hasta el Museo Leonardiano del Castillo de los Condes Guidi - donde se conservan máquinas y modelos originales del inventor - y luego hasta la casa donde nació, a sólo tres kilómetros del pueblo.
Las sensaciones inolvidables percibidas "en el camino" continúa entre arcadas y preciosas joyas arquitectónicas en Poppi. En la ciudad amurallada domina el Castillo de los Condes Guidi, prototipo del Palacio Vecchio en Florencia donde Leonardo Da Vinci pintó el fresco de la famosa Batalla de Anghiari, que tuvo lugar en el 1440.
Anghiari, el pueblo fortificado del Alto Valle del Tíber, ha conservado las murallas de los siglos XII y XIII, que se unen al ábside de la Iglesia Sant’Agostino y al bastión del Vicario. Paseando por las antiguas calles del centro histórico, a lo largo de una calle empinada ruga, entre sobrias casas medievales y elegantes palacios renacentistas, te sentirás inevitablemente atraído por las tiendas de antigüedades, donde se puede observar el delicado y paciente trabajo de los restauradores.
Volterra cuenta con una tradición casi única en la elaboración del alabastro: el turista encuentra los talleres artesanales caminando por el centro histórico, con sus casas-torres y palacios, embellecido por la catedral, el baptisterio y la Plaza de los Priori, uno de los espacios medievales más armoniosos de Italia.
Los pueblos toscanos han sido también fuente de inspiración para poetas famosos: cerca de la casa donde vivió Giovanni Pascoli, en Castelvecchio Pascoli, el pueblo Barga .presenta un laberinto de callejuelas irregulares que se abren entre casas y palacios renacentistas de aspecto noble, trepándose hasta la cima de la colina, dominado por la imponente mole de la catedral románica. Desde este lugar la mirada se desplaza hacia los techos del centro histórico, al verde del Valle del Serchio a la corona de las montañas Apuanas.
En Valdinievole, desde Montecatini Terme, construido en el siglo XIX casi totalmente en estilo Modernista, se sube al histórico Montecatini Alto, mediante un funicular del 1850 que ha mantenido los carruajes originales y el interior completamente de madera.
Sovana fue el lugar de nacimiento de uno de los más grandes pontífices de la historia, el orgulloso Gregorio VII. El pueblo situado entre dos barrancos, conserva las majestuosas ruinas de la fortaleza Aldobarndesca, el Palacio Pretoriano, la Logia del Capitán, la Iglesia románica Santa María y el Duomo milenario.
No puedes dejar de visitar el cercano pueblo Pitigliano, cuyas casas están en el arcén de un barranco de toba.
Seguimos en la tierra de los Etruscos, para descubrir que en una colina en Val d’Era surge el castillo de los Medici de Lari, que fue muy contendido puesto que era un punto comercial estratégico para las caravanas de mercancías que subían desde Volterra hacia el norte, hacia Valdarno. Las casas en Lari parecen buscar protección y seguridad, apoyándose en las murallas de la fortaleza que acoge una variedad de iniciativas que incluyen representaciones teatrales y conciertos.
Ahora somos más conscientes de que los antiguos pueblos esparcidos en el paisaje toscano son lugares extraordinarios que preservan identidades, tradiciones y productos de calidad. Pueden también convertirse en el verdadero punto de partida para explorar las provincias de la región, a través de circuitos culturales y artísticos, museos, parroquias antiguas, fortalezas, villas señoriales o casas rurales.... caminando.
Ora ne siamo più consapevoli: i borghi millenari che costellano il paesaggio toscano sono uno straordinario serbatoio di identità, tradizioni e produzioni di qualità, e possono divenire il vero punto di partenza per esplorare le province della regione, lungo circuiti culturali e artistici, musei, antiche pievi, fortilizi, palazzotti signorili o case rurali… camminando.