Certosa de Calci
El espléndido conjunto monumental a un paso de Pisa
La Certosa de Calci, fundada en el 1366, se encuentra a unos 10 kilómetros de Pisa y está situada en las laderas de las Montañas de Pisa, en el llamado "Valle Graziosa".
El vasto y espléndido complejo monumental fue creado para albergar a los monjes de la Orden Cartuja y en el Siglo XV incorporó también a la comunidad del antiguo monasterio benedictino de la isla de Gorgona.
Su aspecto actual fue completamente renovado y transformado durante el periodo barroco y a finales del Siglo XVIII, periodo durante el cual los artistas más talentosos enriquecieron la Certosa: los obreros de Carrara trabajaron en la fachada y en el interior, que es extremadamente rico en frescos, mármoles policromados y laboraciones de madera.
Los tres claustros, aquel del prior, el capitular y el grande , están embellecidos por las arcadas erigidas y los silenciosos y evocadores deambulatorios. En el centro, la fuente divide un jardín renacentista que recuerda las celdas de los monjes cartujos, famosos por su paciencia y cuidado en la producción de obras de arte, ciencia y literatura.
En el 1972 los últimos monjes abandonaron la Certosa, que se convirtió en Museo Nacional, mientras que en el 1979 la parte occidental del complejo fue cedida en uso perpetuo y gratuito a la Universidad de Pisa, que abrió el Museo de Historia Natural.
Entrando en el Museo Nacional de la Certosa se puede descubrir cómo vivían los monjes cartujos, en oración y meditación en un ambiente evocador y ricamente decorado: se pueden visitar las celdas, cada una con un pequeño jardín y laboratorio para los trabajos manuales, los claustros, los pórticos, el refectorio para los almuerzos dominicales, la casa de huéspedes para las visitas del Gran Duque, la antigua farmacia utilizada para producir y vender medicamentos, la biblioteca que conserva numerosos manuscritos raros y textos antiguos.
La Cartuja alberga también la llamada Biblia de Calci (fechada en el 1168), una Biblia grande y ricamente decorada, realizada para el monasterio pisano de San Vito y luego, a través de los años, conservada también en el Museo Nacional San Matteo de Pisa. Un sistema de información digital permite hojear los volúmenes de forma virtual y, por tanto, advertir la mayoría de las iniciales ilustradas que enriquecen la Biblia.
