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Filetto, Villafranca in Lunigiana

Filetto

Historia, fiestas y monumentos en Villafranca in Lunigiana

Los orígenes de la villa amurallada de Filetto se remontan a las necesidades defensivas de los bizantinos contra los lombardos, que en los siglos VI y VII afectaron a varios asentamientos en la Lunigiana. El sistema defensivo de la frontera, el limes, se basaba entonces en el castrum de Filetto y de Filattiera. Su nombre, como el de Filattiera, parece derivar de la palabra griega filakterion: lugar fortificado. La ciudad fue parte desde 1351 del feudo de Malgrate hasta que en 1641 fue vendida por Cesare II a la Cámara Real de Milán y más tarde a los Ariberti de Cremona.

En la aldea todavía se puede apreciar la estructura original – hoy Piazza di Sopra – en forma de cuadrilátero y defendida por cuatro torres cilíndricas, una de las cuales todavía se puede reconocer perfectamente. El primer núcleo, al haber perdido sus funciones militares, fue adaptado como residencia fortificada y posteriormente ampliado con repetidas intervenciones hasta el siglo XVII.

Piazza di Filetto, Villafranca in Lunigiana
Piazza di Filetto - Credit: tampe

El interior del pueblo, al que se accede a través de dos puertas monumentales (entre las que destaca la Puerta Sur construida en 1500 y remodelada dos siglos después con sillar almohadillado de punta de diamante) alberga en la Plaza de la Iglesia, dedicada a los Santos Filippo e Giacomo, el Palacio de los Marqueses Ariberti, señores de Malgrate y Filetto desde el siglo XVII hasta el siglo XVIII, un edificio del siglo XVII conectado con el pueblo y la iglesia por dos elegantes pasadizos suspendidos sobre elegantes arcos y, en el lado opuesto, el Convento de los Frailes Hospitalarios, un vasto complejo del siglo XVII, con un bello claustro en su interior. Por último, merece la pena visitar la iglesia parroquial del siglo XIX con su imponente campanario.

Cerca del pueblo se encuentra el Oratorio San Genesio del siglo XVI. El contexto está inmerso en el misterioso bosque que rodea a Filetto, donde parece que hubo festivales y encuentros tribales ya en la protohistoria y donde se han encontrado numerosas Estatuas Stele (estatuas menhir).

El pueblo se anima cada agosto gracias a la celebración del Mercado Medieval. Para la ocasión, el pueblo cambia de aspecto y se remonta en el tiempo gracias a una serie de decoraciones medievales, adivinos, malabaristas, juglares, acróbatas y artesanías típicas de la zona en hierro, madera, piedra y mármol.

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